De referatos, prolijidad y cambios

Ante una consulta de LA NACIÓN sobre si se tomaría alguna resolución y/o iniciativa para plantearse cambios en las reglas tras la gran controversia del fin de semana en el torneo de Primera, con la decisión del referí Germán Delfino y su grupo de colaboradores en Vélez-Arsenal, la respuesta de la FIFA fue concluyente: "No se intervendrá en el caso Delfino. Este incidente se produjo en el ámbito de la Asociación del Fútbol Argentino, está en su jurisdicción". Agregó que no piensa habilitar la utilización de imágenes televisivas para apoyar a los árbitros: "Las repeticiones en video no están permitidas. El tema fue discutido durante la reciente reunión de la International Board, en febrero". Cabe imaginar lo que hubiese ocurrido si Delfino, o bien alguno de sus asistentes (incluido el 4° árbitro) admitían públicamente haber sido influenciados por un aviso de terceros valiéndose de la tecnología. Un escándalo de proporciones. Pero como lo negaron sistemática y enfáticamente y tampoco surgieron escuchas, hay que darles la derecha, aun con profundo escepticismo. Y entonces la FIFA se mantiene a un costado. Caso contrario, ya habría aplicado sanciones. Ejemplificadoras. Por transgresión a las reglas.

¡Qué tema el de los referatos! Todavía, como Maravilla Martínez en su fatídica pelea ante Miguel Cotto en el Madison, se estaba asimilando el primer golpazo y sus secuelas cuando, en la noche del lunes, sobrevino un nuevo impacto al mentón. En Newell's-Unión, Mauro Vigliano (y su asistente Lucas Germanotta) volvió a tener problemas serios de visualización al no advertir la mano-penal (y consecuente expulsión) de Marcelo Cardozo, impidiendo el gol de Maxi Rodríguez. Fue un Vigliano recargado: en octubre pasado, le dio penal a River y expulsó en el superclásico a Gago... por una mano que nunca cometió. Anteayer, Miguel Scime, director de...