Recuperar las relaciones con la región, una prioridad

Un día antes de dejar el poder, en una reunión con corresponsales extranjeros, incluida LA NACION, el ex presidente comentó, con desazón, la arisca imagen percibida sobre su gobierno en la oposición y en gran parte de los países de la región.

La primera lectura, sugerida por la nueva administración, instaló la idea de que durante los últimos cuatro años había "descuidado el Atlántico", en referencia a las con la Argentina, la fría distancia con Brasil y el nulo interés por Uruguay. Ello, para fortalecer el nexo con Colombia, Perú y México, a través de la Alianza del Pacífico, entidad aplaudida por Estados Unidos, pero que jamás fue vista con buenos ojos por Dilma Rousseff.

La privilegiada relación que se tuvo con Washington entregó sus frutos, con reuniones bilaterales entre Piñera y Barack Obama, el fortalecimiento de los lazos comerciales y, últimamente, la inclusión de Chile en el programa Visa Waiver, que lo convierte en el único país de la región en no necesitar visa para el ingreso de sus ciudadanos a Estados Unidos.

Pero ayer el canciller Heraldo Muñoz ratificó en pocas palabras el nuevo orden: "Las relaciones con América latina serán una prioridad para el nuevo gobierno", dijo.

Muy temprano, un sencillo mensaje por twitter de Rousseff pareció ser un anticipo de lo que viene. "Bachelet es amiga y compañera de Brasil", escribió la presidenta, que tras la ceremonia concretó una reunión bilateral con su flamante par chilena, en la cual se le ofreció sumar un diplomático brasileño a la misión chilena en el Consejo de Seguridad de la ONU, que integra hasta 2015.

Además, ya se definió que la primera gira de Bachelet será "al Atlántico", es decir, a la Argentina, Brasil y Uruguay. También se quiere integrar en ese mismo viaje o uno posterior a Colombia y Ecuador, países con los cuales se busca dar una señal de continuidad en las relaciones y distensión, respectivamente.

En términos estratégicos, y dada la tirante relación con...