La receta de Caruso impulsa a Argentinos

Fuera de la cancha le sobran los enemigos. Lo sabe, lo admite. Hasta se ríe de ese personaje capaz de tirarle la gorra a un oficial en una patética pelea con Fabián García a la vuelta de un canal de televisión. Pero no quedan dudas de que Caruso Lombardi, ese polémico DT, logra plasmar sus equipos con una identidad y un criterio que merecen respeto. No gustarán sus estilos, pero en eso no exceden el reglamento: la lucha, la entrega, la rapidez para los contragolpes y, sobre todo, el laboratorio que ejecuta en cada pelota parada. Armas dignas a las que Caruso les saca el jugo.Sabía Caruso del gran partido que Tigre había consumado ante Racing. Tomó nota y asimiló cómo desactivar a Sergio Araujo, o al propio Pepe Sand, quien ante la Academia había vuelto al gol. No dejó que Peñalba y Castaño se hicieran del medio campo. No permitió que dos de sus incontables ex dirigidos jugaran a sus anchas. Los anuló con Olmedo y los tres rapiditos Gómez, Nagüel y Rodríguez. Y desde esa lógica, la de correr y meter, un estado de ánimo que pregona como un evangelizador, capitalizó un encuentro que fue y vino con más entusiasmo que juego asociado. Mucho más en el segundo tiempo, cuando los de Victoria se quedaron sin fuerzas y retrocedieron. Un acto corporal que fue fatal...

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