La rebelión de los intendentes

La lucha electoral se ha concentrado en dos candidatos que en algo se parecen. Uno de ellos es Sergio Massa y el otro es Martín Insaurralde . Massa atrae los votos de la oposición en la provincia de Buenos Aires, mientras a Insaurralde lo beneficia el favor de Cristina. Ambos son intendentes exitosos en el Gran Buenos Aires, Massa en Tigre e Insaurralde en Lomas de Zamora. Massa picó en punta, pero, según dicen los encuestadores, Insaurralde se le está acercando. ¿Será un final cabeza a cabeza? Esto es posible porque el caudal electoral de Cristina Fernández, que oscila entre el 30 y el 35% del total, se concentra únicamente en Insaurralde, en tanto que el caudal opositor, que duplica al de Cristina, se divide entre Massa, De Narváez, Margarita Stolbizer y varios más. Es un signo de estos tiempos: una minoría, si es compacta y disciplinada, puede prevalecer sobre una mayoría dispersa.

Pero el principio mayoritario ¿no rige acaso en la democracia? No, cuando viene acompañado por otro principio que se practica, pero que no se proclama: la preferencia de mandar sin atenuantes dentro de un grupo minoritario sobre la inclinación de formar coaliciones mayoritarias aunque haya que aceptar, para lograrlas, no el primero sino el segundo lugar en la coalición. A este otro principio podríamos darle el nombre de "anticesarista", ya que proviene de una anécdota del propio Julio César, cuando les confesó a sus amigos que prefería ser el primero en la aldea que estaban atravesando que el segundo en Roma. ¿Es ésta, asimismo, la preferencia de De Narváez o de Stolbizer? ¿Prefieren ser primeros en sus "aldeas" que segundos de Massa, aunque ser los segundos de Massa pudiera asegurarles la derrota del kirchnerismo, que desean dos de cada tres argentinos?

Massa e Insaurralde no se parecen sólo en ser intendentes exitosos. Pertenecen, además, a la misma generación. Massa tiene 41 años e Insaurralde, 43. Recordemos que Ortega y Gasset, al tratar el tema de las generaciones, supuso que ellas se renovaban cada quince años. El hecho de que Massa e Insaurralde estén a principios de su cuarta década de vida los instala en la generación que entre nosotros vio nacer la democracia en 1983 y que continúa en ella treinta años más tarde. Pero lo que esta generación "no" vio, en cambio, fue el desorden institucional que prevaleció desde el golpe militar de 1930 hasta la reiniciación democrática de 1983, con su secuela de violencias y con sus luchas fratricidas casi...

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