Realismo sucio, incorrección política

Las señas de identidad están a la vista: en su cuerpo ultratatuado, que el lector pudo haber visto en los noticieros televisivos o en los avisos de la marca Bolivia, Eddie Fitte tiene la imagen de Ignatius J. Reilly, el loco maníaco protagonista de La conjura de los necios, de John Kennedy Toole. Para completar esa elección, cuando le consultan quiénes son sus héroes literarios, no duda: John Fante, Charles Bukowski, William Burroughs. Poesía áspera. Realismo sucio.

Ezequiel Martínez lo dijo con precisión quirúrgica en Ñ: "Lo que sus cuentos tienen de bizarro, repugnantes y políticamente incorrectos no es más que el espejo de una época donde los desvaríos de la imaginación encuentran su cauce en un realismo...

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