Reaccionar en medio de un clima enrarecido

Hay momentos en los que la seriedad gana espacio. La situación no es dramática ni mucho menos, pero sí obliga a los protagonistas a estar alerta. Porque el clima, sin llegar a ser el peor, no es bueno. Boca vive días en los que todo lo positivo que le sucede a River lo roza, lo condiciona. Es cierto que una realidad es independiente de la otra, pero ambas tuvieron su punto en común en la eliminación de la Copa Libertadores, rematada por los incidentes generados por el gas pimienta. A partir de ahí, el conjunto millonario tomó el impulso que le faltaba para despejar su camino a Japón. A partir de ahí, Boca sufrió por un nuevo título internacional del rival, vio aumentadas sus obligaciones en el torneo local y la Copa Argentina y los dirigentes encontraron en la vuelta de Carlos Tevez la inyección anímica necesaria para intentar paliar el dolor.

Tevez se incorporó enseguida al engranaje del equipo, con goles y buenas actuaciones, pero por su personalidad y ascendencia terminó involucrándose en cuestiones de la planificación global, como pedir que el pasto esté más corto y mojado para entrenar en el Complejo Pedro Pompilio o en la Bombonera; solicitar más profesionalismo en el manejo de la utilería, pedir que los futbolistas almuercen en el club para cuidarse mejor en la alimentación y generar una apertura mayor de los futbolistas hacia los hinchas, ya sea desde firmar autógrafos en las prácticas y las concentraciones, hasta abrir las puertas de los entrenamientos, que el cuerpo técnico y sus compañeros preferían hacer en forma privada.

Pero el punto que más ruido hizo en Boca fue reclamar que las prácticas sean más intensas y menos bromistas, cuestionamiento que involucró en forma directa a Gustavo Roberti, preparador físico de Rodolfo Arruabarrena, y después al propio entrenador. Los comentarios de Tevez llegaron a oídos del propio Daniel Angelici, presidente xeneize, y eso molestó no sólo al DT, sino también al resto de los referentes: Agustín Orion, Fernando Gago y Daniel Díaz. Hoy, con las diferencias marcadas (aunque no reconocidas públicamente por los jugadores), adquieren mayor dimensión las palabras de Tevez, segundos después de la derrota con Unión 4-3, en la Bombonera: "A los árbitros les gusta que les hablen, pero Boca no les habla a los árbitros". Ese fastidio del Apache, claro está, rozaba a los referentes.

Cuando le consultaron a Arruabarrena por "las versiones" que hablan de los pedidos de Tevez, comentó: "Tenemos jugadores que...

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