Radicales rotos

El diputado Mario Negri, resistido por un sector de su partido en la presidencia del bloque

Tanto hablar de la desconexión de los Fernández con la sociedad y resulta que el radicalismo , reservorio republicano, modelo de organicidad con experiencia más que centenaria, de repente ventila que sufre un trastorno del mismo tenor. Sus dirigentes no parecen advertir el pésimo impacto social de la acalorada pelea interna que desataron, una pelea por nada en un país sumido en la desesperanza, agobiado por problemas graves, donde, además, la unidad es un valor aritmético supremo. De la unidad de las coaliciones depende que una se imponga o no sobre la otra.

Los Fernández habían alcanzado un pico de desatino dos días después de perder estrepitosamente las PASO , cuando en un absoluto desprecio por su responsabilidad institucional, clásico vicio peronista, involucraron a la nación toda en las disputas públicas, estrafalarias, de su fórmula malavenida.

Los radicales no hacen del Estado un ring debido a que están en la oposición. En teoría pueden pelearse y dividirse todo lo que quieran, será siempre un asunto político, no institucional. El problema es que después de haber sido los usuarios ejemplares de las PASO como si hubieran dado una clase de instrucción cívica, después de emerger victoriosos de las elecciones legislativas, se posicionaron entusiastas, acaso eufóricos, para volver a conducir los destinos del país, acabar con el kirchnerismo inescrupuloso, reponer alguna sensatez en el manejo de la cosa pública . Tan envalentonados emergieron de las elecciones duplicadas que tenían pensado apalancarse en las credenciales democráticas para sacar pecho frente al PRO , de cuya preeminencia en Cambiemos se venían quejando desde que -decían- sólo se enteraban por los diarios de algunas decisiones del presidente Macri , su socio.

Cierta decepción para buena parte de la sociedad, incluidos probablemente muchos simpatizantes del radicalismo, es, pues, lo primero que produce la división del bloque de diputados más grande de la oposición. Algo que está ligado con los motivos vacuos de la disputa y con la orfandad de liderazgo partidario que la época trae.

Los motivos, según surge de las cosas que se dijeron las partes, carecen de hondura ideológica. Nutrido desde el siglo XIX de corrientes krausistas, liberales, nacionalistas, desarrollistas y socialdemócratas, integrante de la Internacional Socialista, el radicalismo tiene vasta experiencia en...

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