Un Racing reforzado toma la posta de la ilusión que antes era de los pibes

Hay un cambio de paradigma en Racing que va más allá de la llegada de un nuevo director técnico. La transformación es más profunda porque alcanza al plantel, al perfil de equipo. Se abandonó una idea si se quiere más sentimental para el hincha: la de abastecer la formación con pibes del club. Ya no hay rastros del Racing de Fariña, De Paul, Zuculini, Vietto, Viola, Dinenno. Proyectos que fueron sometidos a los vertiginosos tiempos del fútbol: aparecieron, sorprendieron, se estancaron, fueron vendidos. Una secuencia que impide dar un veredicto sobre lo que fue o pudo haber sido cuando se va tan rápido y todo es tan fugaz.Regresó Centurión, un caso testigo de la montaña rusa en que se convierte la carrera de estos jóvenes, y ocupa un lugar más relegado que antes de irse; está detrás de Acuña, proveniente de Ferro. El zaguero juvenil Cabral encontró ayer un hueco porque el experimentado Nico Sánchez estuvo suspendido. Por la puerta que se le abrió al pibe Roger Martínez para que se fuera a Santamarina de Tandil entró de incógnito Gustavo Bou.Este nuevo Racing lleva el sello de los refuerzos. Se incorporaron en tropel, más de diez, con Diego Milito a la cabeza para que la metamorfosis al menos tuviera un anclaje en la identidad racinguista. La renovación abarca todas las líneas. Respecto de la alineación del primer semestre, ayer hubo hasta nueve nombres distintos, ya que no hay que olvidar que Pillud viene de un breve paso por Hellas Verona.Racing se está armando, en etapa experimental, y siempre ayudan los triunfos para que se acomoden las piezas. Adentro, al equipo, le calma los nervios y le refuerza la confianza, y afuera, a los hinchas, les enciende la ilusión, que en el caso de Racing siempre es altamente combustible e inflamable.El mérito de Racing fue haber ganado un clásico cerrado y trabado, con escasas situaciones de gol. Pudo haber terminado tranquilamente 0-0, lo cual da una idea de la exagerada amplitud que tuvo el 2-0. Generalmente este tipo de partidos les cuesta a los equipos que se están construyendo, como Racing; son desarrollos para formaciones con oficio, bien estructuradas y con sentido oportunista. Un bagaje que parece excesivo para este momento de la Academia, que supo aprovechar el carácter provisional de San Lorenzo, que lejos estuvo de rifar el clásico en el jolgorio de los festejos por la Copa Libertadores, pero no pudo con su impotencia ofensiva y pagó con la derrota dos distracciones.Más allá de...

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