Racing lo disfruta desde arriba

MAR DEL PLATA.– Enseguida se notó la diferencia. La gran diferencia de categoría, de presente, de nivel. Racing sigue en primera: no es un espectáculo formidable lo que demuestra en el Torneo Inicial que ya pasó, pero al menos tiene jóvenes promesas y el regreso mágico de Mostaza Merlo. Independiente sigue en la B Nacional: a duras penas, desde la conducción de Omar De Felippe, encuentra el último boleto (al menos, por ahora), para ensayar el traumático regreso. Están, entonces, en otra cosa. Los hinchas de Racing celebran desgracias ajenas y los de Independiente padecen males propios. La Academia la pasa de maravillas en las tribunas y los Rojos, un ocaso de dolor interminable. Como pocas veces, esa alegría, esa tristeza pasó mágicamente hacia el campo de juego. Desde el principio hasta el final. Racing, hoy, tiene otra categoría. Independiente, hoy, es un bajón. El partido, excusa de la Copa Ciudad de Mar del Plata, fue un monólogo blanco y celeste: se impuso por 3 a 0, en una noche de verano para no olvidar.Para Racing, es el auténtico sueño de una noche de verano. Para Independiente, es la larga oscuridad de una jornada estival, aunque su dolor permanece. Es una cicatriz que dura más allá de un clásico.Empieza el duelo y Saja lanza un saque de arco. Fuerte, alto y lejos. La pelota pica, se entromete en el área, Velázquez duda y, de pronto, Hauche se eleva y saca de la galera una chilena sensacional. Apenas 48 segundos, gana Racing, con un gol de colección. Independiente se derrumba. No sólo por el tanto: Morel Rodríguez le propina una durísima infracción a Villar. El volante queda tendido, lesionado. El paraguayo se va expulsado, luego de la tardía muestra de la tarjeta roja. Apenas van seis minutos.Tan bien está Racing y tan mal está Independiente, que Mostaza hace algo impensado: por Villar, un volante, hace ingresar a Vietto, un delantero. Con tres atacantes juega Merlo, todo un símbolo.Ni Montenegro, ni Pisano, ni Parra: Independiente, desnudo, baja los brazos demasiado rápido. Lanzado y a la carrera, el Ruso Rodríguez toca a Hauche en el área. Provoca dudas, es cierto, pero Lunati pita penal. Saja, con un zurdazo incontenible, marca el 2-0.Hay más: en una acción confusa, en otra demostración de las flaquezas defensivas rojas, Viola anota el tercer gol. Telón para el partido, si es que en algún momento lo hubo. Racing se lo tomó con alegría y tranquilidad. Independiente se lo tomó con nerviosismo y temor.Así, hasta el final. El segundo capítulo, la...

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