'Quería ser famosa y lo logré'. Fue modelo top en los 90 pero se aburrió de la moda: hoy estudia jardinería y tiene una huerta espectacular

Paula Colombini

Esta es la historia de una modelo que se aburrió de la moda. Una chica que parece tranquila pero que, en realidad, es un huracán. La más linda del mundo, la que usó su belleza para ser famosa pero un día dejó todo y se puso a plantar tomates en su propia huerta.

Ser modelo de tapa en los 90 era la gloria. Pero no todo lo que brilla es oro y acá está Paula Colombini para contarlo. Durante cinco años, vivió en Nueva York, trabajó en Miami, en Canadá, en Italia… Fue contratada por empresas internacionales y desfiló codo a codo con las top del momento: Cindy Crawford, Christy Turlington, Laetitia Casta… Pero decidió volver, tener a su hija en la Argentina y seguir su carrera en su país. Hizo muchas cosas. Y un día dijo basta. Montó un emprendimiento de ropa con su mejor amiga, más tarde tuvo su propia marca con un ex novio. Y después desapareció de los lugares top que frecuentaba.

.Paula Colombini en su mini inverandero realizado con madera reciclada, en una producción con la revista Jardín

Ahora, con 49 años recién cumplidos, está lejos de los medios, del mundo fashion y de los eventos. Su nueva vida está en Pilar, donde vive. Ahí se dedica a sembrar su huerta, cuidar su compostera y cultivar plantas nativas para atraer mariposas. Tomó varios cursos y ya va por el segundo año de estudio en la escuela pública de jardinería del Jardín Botánico de Palermo.

-¿Cómo fue tu acercamiento a la jardinería?

-Hace muchos años, vivía en Benavídez y quise tener una huerta. Me compré unos fascículos que en ese momento publicaba La Nación y lo hice. Me encantó. Aprendí mucho. Después dejé porque pasaron un montón de cosas. Lo hice intuitivamente. Y por impulso. Yo soy así. A los 14 años, por ejemplo, un día me levanté y dije "no como más carne". Y no comí nunca más en mi vida. Soy vegetariana desde entonces.

-¿Y cómo fue que retomaste la huerta después de tantos años?

-Por la pandemia. Agarré una parte del jardín de la casa de mi novio, en Pilar, y dije "a ver qué elementos tengo yo para pasar este momento". Me daba mucha claustrofobia. Sentía que no había un rumbo. Entonces busqué lo que sabía hacer y me daba mucho placer: plantar. Compré semillas y eso me generó mucha estabilidad. Porque si vos sembrás una planta de tomates, inevitablemente van a salir tomates. Y así empecé de nuevo. Cada vez me gustó más y de la huerta pasé a plantas medicinales.

.En el centro de su huerta, Paula puso una pérgola para las plantas trepadoras

-¿Por qué te...

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