Los puntos críticos de los viajes

Subte, tren y colectivo: un mar de gente

Para llegar hasta Retiro, el viaje fue en un subte D repleto y combinación con la línea C, con menos gente. En la terminal ferroviaria, la cartelera anunciaba el próximo tren del Belgrano Norte a las 18.08 y salió un minuto después. Los asientos estaban ocupados pero sobraba lugar en los pasillos; en la estación Aristóbulo del Valle, el tren se llenó. Con el pasar de más paradas, los coches se fueron colmando. Bajar en la estación Boulogne no fue tan traumático; más adelante, lo hubiera sido: la formación demoró varios minutos en poder abandonar Boulogne porque muchas personas luchaban por subir y ya no había lugar. Abordamos luego un colectivo de la línea 371, que arrancó con poca gente y tardó no más de cinco minutos hasta Márquez y Panamericana. Tiempo de viaje: 1 h 16'.

Subte y colectivo: de mal en peor

En la estación Catedral del subte D el andén explotaba. El servicio tenía demoras. Al llegar, la formación se llenó de golpe. No había espacio para nada y la nacion viajó contra la puerta. En 9 de Julio la situación empeoró; otra oleada de pasajeros subió en Tribunales. Todos se pedían disculpas mutuamente por algún empujón o pisotón; estaban resignados a viajar así. Llegar hasta la estación Congreso de Tucumán fue un martirio. Desde allí, a la parada del 60: el servicio común hasta Márquez y Panamericana no funcionaba. Pasaron dos expresos, pero no frenaron. Tras 20 minutos, se detuvo uno que venía con bastante gente. Llegar hasta General...

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