Para los Pumas, el cierre tuvo otro golpe y un duro retroceso

ROSARIO.– No hubo festejo final. Las expectativas que se generaron por la actualidad de los seleccionados chocaron con una dura realidad. Australia llegó a la Argentina con un claro objetivo, no quedar en la última posición del Rugby Championship, y lo cumplió. Los Wallabies jugaron como lo marca su rica historia. Siete tries coronaron una tremenda goleada. El 54-17 final rompe con varias estadísticas: nunca los australianos les habían convertido tantos puntos a los argentinos; el marcador es, además, la tercera máxima diferencia (37 unidades) entre ambos. El cierre del certamen para los Pumas dejó un sabor amargo. Será una derrota que seguramente traerá consecuencias. Hay cuestiones que no deberán volver a ocurrir: sólo los mejores serán los merecedores de vestir la camiseta nacional; la vara no fue igual para todos a lo largo del torneo.Por segunda vez en el campeonato, los Pumas fueron borrados de la cancha. Esta vez, a diferencia de lo que sucedió en Soweto en el debut, lo que falló fue la defensa. Hubo actitud, pero nunca lograron desplegar el plan de juego visto en otros encuentros. Pese a dominar el scrum y el line-out, nunca pudieron imponerse.Australia llegó al Gigante de Arroyito dispuesto a llevarse el triunfo. Nada de juego espectáculo, sino ganar para no quedar último en la tabla ni ser el primero de los tres gigantes del Sur en caer ante la Argentina. Tardó tres minutos en vulnerar una defensa que durante gran parte del partido fue superada. El try de Folau fue el resultado de una jugada en dos tiempos: la primera puntada la dio Tomane –imparable los primeros 40 minutos–, y después llegó el tiempo del juego coordinado. Del line al ruck y de ahí se abrió juego rápido para la punta. Participaron Genia, Cooper –metió un triple salteo extraordinario– y el fullback dejó desairado a Hernández y se fue solo al in-goal.Los Pumas aprovecharon un error del rival y acorralaron a los australianos. El asedio fue de siete minutos, en los que la Argentina tuvo seis scrums a cinco metros del in-goal rival, incluso los últimos dos con un jugador más por la amonestación de Slipper. Pero faltó justeza para terminar la jugada. Irse con las manos vacías de allí significó un duro aprendizaje: sumar ante cada oportunidad.La puntería de Leali’ifano (sumó dos penales) y de Sánchez (1), le dieron un poco de color al...

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