El pulso del consumo: se rompió la Matrix

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Si la sociedad ya estaba aturdida, perdida e insegura, ahora se manifiesta incapaz de conectar con la realidad porque ha dejado de comprenderla. Entramos en una espiral de múltiples planos donde los hechos, las especulaciones, los rumores y las operaciones se confunden y entreveran para alcanzar un nivel de tensión, desorientación y opacidad intolerable para la psiquis colectiva. Abrumados por la ansiedad, son muchos los que resumen el sentir colectivo con una idea tan potente como inquietante: "No se entiende más nada".

Lo que sucede es que se rompió la Matrix y el mundo paralelo de la realpolitik y la real life han quedado a la vista de todos.

"Esta es tu última oportunidad. Después de esto, no hay vuelta atrás. Tomas la píldora azul: la historia termina, te despiertas en tu cama y crees lo que quieras creer. Tomas la píldora roja: te quedas en el País de las Maravillas y te enseño lo profunda que es la madriguera del conejo. Recuerda: todo lo que ofrezco es la verdad. Nada más".

Con estas palabras Morfeo pone a Neo frente al dilema de seguir viviendo en un mundo onírico eligiendo la pastilla azul o acceder a la atractiva pero cruda verdad, pudiendo liberarse del mundo irreal en el que vivía, ingiriendo la pastilla roja. Keanu Reeves, en la piel del ya mítico hacker que era "el elegido" para salvar a los humanos de la prisión en la que los habían encerrado las máquinas con su confortable fantasía, elige correr el riesgo de adentrarse en la "realidad real" y salir de la ficcionada.

Entre el domingo electoral y los sucesos de la semana posterior, los argentinos consumieron sin haber tenido la opción de elegir, no una pastilla roja, sino el pastillero completo. Hoy están atragantados de realidad. El contenido fluye y se derrama porque se desfondó el continente. Finalmente, el componente antisistema hackeó el sistema y lo puso en estado de loop. Se presume que está en Reset pero se desconoce el tipo de configuración que habrá adquirido cuando vuelva a encenderse y funcionar.

Si hubiera un tablero de control que indicara el punto en el que se encuentra el humor social, la mayoría de los parámetros estarían en color rojo fuego . La tensión, el estrés y el miedo están alcanzando niveles de máxima potencia. El exceso de adrenalina y cortisol altera el estado de ánimo llevándolo al punto de la embriaguez. De tan conscientes de los riesgos, paradójicamente, se llega a niveles de inconsciencia.

La hipótesis de que el sistema se está reseteando...

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