El pueblo de Sábato: a 260 km de Buenos Aires, el petit hotel que da vida social y los masones que mantienen su misterio

Rojas, a 240 km de Buenos Aires

Inspirados en una frase de Umberto Eco, Ariel "Lito" Labrada y Mario Aguer se embarcaron en una obra monumental: registrar la historia de Rojas en papel. El autor de "El nombre de la Rosa" solía comentar que conservaba en un disco duro portátil de 250 megabytes toda su obra, "pero -decía- me alegro de que aquellos libros estén todavía allí, como garantía para cuando los instrumentos electrónicos fallen". Hace más de 13 años, Labrada y Aguer concibieron la idea de editar un libro con la historia de Rojas. Para concretar el proyecto convocarían a 24 autores, cada uno a cargo de desarrollar un tema diferente, y luego reunirían todo en una obra. Sin embargo, la idea cobró vida propia: de libro pasó a página web, la convocatoria desbordó las expectativas y cientos de relatos y anécdotas fluyeron sin cesar, capaces de enumenerar sucesos políticos, aventuras económicas, hechos sociales, gestas deportivas, secretos y curiosidades .

La plaza principal de Rojas: 25 de mayo

Allá por 1777, una inundación y 20 años después una pulpería

Para 2018 la idea se convirtió finalmente en libro con caso 600 páginas de palabras ocurridas en Rojas. Ubicada a 260 km al noroeste de la Capital Federal, tiene su origen en el Fuerte Guardia de Rojas, fundado en 1777 por el Sargento Mayor Diego Trillo en la confluencia del río Rojas y el arroyo Saladillo de la Vuelta, pero dos años más tarde, por una inundación, se mueve el asentamiento a la actual esquina de Alem y 9 de Julio. El primer negocio de la ciudad abre 20 años después. Se trató de la pulpería de Andrés Martínez en las cercanías de la esquina de Avda. Guardia de Rojas y Malvinas Argentinas.

La iglesia en las noches tranquilas de Rojas

Fue allí, un 24 de junio de 1911, que nació Ernesto Sabato. Según relata Ariel Labrada, uno de los autores del multitudinario libro, "todo empezó con un calabrés pobre y analfabeto que llegó en el año 1900 a la Argentina: Francisco Sabato. Su esposa, Juana María Ferrari, era quien leía y escribía lo que él necesitaba". Juntos recalaron en Rojas un par de meses después de asentarse en Buenos Aires. Francisco hizo trabajos varios hasta que logró montar una carnicería. Para 1907 cambió de rubro y se dedicó al pan, para abrir una década después un molino harinero y así ampliar su panadería con una fábrica de pastas. El negocio se ubicaba en lo que hoy es la calle Pueblos Originarios al 300, esquina Muñoz, lindante con la casa familiar, en el 471 de esa...

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