El pueblo que patentó la rebeldía

CUTRAL CO, Neuquén.- Sus clientes no habían nacido siquiera cuando fue la poblada del 96, pero, indignada por la "competencia violenta" que llega de afuera, Yasmina Mayado quiso darle a su tienda de ropa para bebes un sello inconfundible de localía. Tenía claro cómo hacerlo: mandó pintar una ruta zigzagueante en el frente verde chillón y lo bautizó "Piqueteritos".

Cutral Có tiene casi 80 años, pero en julio de 1996 vivió una refundación. Durante seis días y seis noches, 20.000 personas tomaron la ruta de acceso a la ciudad. Sin saberlo, instituían el piquete como la forma nacional de protesta. Clásico pueblo petrolero, árido y ventoso, Cutral Có se fundó para albergar a una variopinta legión de trabajadores de YPF llegados de todo el país. El piquete del 96 le dio, por primera vez, una identidad bien definida: la de pueblo "rebelde". Pero, además, modificó de manera drástica, hasta hoy, el escenario político local.

"Sapag traidor", dice una pintada descascarada en el centro de la ciudad. Los Sapag son los fundadores del Movimiento Popular Neuquino (MPN), el partido que gobierna la provincia desde hace 50 años. Cutral Có fue la cuna del movimiento y la ciudad de Felipe Sapag, su máximo caudillo. Pero con la poblada, esa relación filial se quebró. Hace 14 años que el MPN perdió Cutral Có. Y en las últimas elecciones no presentó siquiera candidato a intendente.

Muchos de los líderes piqueteros se convirtieron, casi de repente, en los referentes políticos. El intendente actual de la ciudad, Ramón Rioseco, maestro, fue uno de ellos. Encabeza el Frente y la Participación Neuquina, aliado al kirchnerismo. También su antecesor, el radical Eduardo Benítez, salió de los piquetes. Pasó de director de la Cruz Roja a responsable de la municipalidad durante diez años (1997-2007). "Yo milité 15 días y fui intendente", cuenta Benítez, uno de los pocos no kirchneristas de esta ciudad.

Pero lo que asumieron no fue fácil, relata. "Cutral Có es, sobre todas las cosas, un pueblo rebelde. A Ramón le quemaron cuatro veces la casa y a mí me quisieron secuestrar a mi hija. Yo tuve 35 cortes de ruta en mi gestión", dice Benítez. El lo adjudica, en parte, a la idiosincrasia de los cutralquenses, pero también a "lo difícil que es tener al MPN en la oposición".

"Se cortaba el agua y tenía 2000 personas en la puerta que me mandaban ellos", cuenta. "Y para colmo en esa época, en Piedra del Aguila y Loma La Lata, no querían tomar a gente de acá, por revoltosos."

Benítez...

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