Los Puccio, hoy: uno a uno, los expedientes de la familia siniestra

Su historia es la base de , dirigida por Pablo Trapero, y que es furor: ya la vieron casi un millón de espectadores en diez días. Pero el caso es tan sorprendente como la película: de los siete integrantes de la , condenados por cuatro secuestros y tres asesinatos, sólo uno sigue en prisión. Y no por esos crímenes, sino por una estafa.

A tres décadas de las detenciones del grupo que usaba una vieja casona del centro de San Isidro como base de operaciones para secuestrar y matar, ninguno de los condenados terminó de cumplir tras la rejas las sentencias a reclusión y prisión perpetua.

Aunque el jefe de la organización, Arquímedes Puccio, recibió una pena similar a la de Carlos Robledo Puch, el asesino serial más sanguinario de la historia argentina, murió fuera de la cárcel. El panorama de "libertad" se repitió al revisar la situación procesal de cada uno de los personajes de la siniestra familia.

Alejandro Puccio, hijo de Arquímedes, ex jugador del CASI y los Pumas, condenado a prisión perpetua por secuestro y asesinato, murió en 2008, ocho meses después de quedar en libertad. Estuvo preso 19 años.

Arquímedes fue beneficiado con el arresto domiciliario en 2008 y murió en la pensión en la que vivía en General Pico, La Pampa. Había pasado 23 años en prisión.

Epifanía Ángeles Calvo, esposa de Arquímedes y madre de los hermanos Puccio, pasó dos años detenida. Fue liberada en octubre de 1987. Estuvo procesada, pero nunca fue condenada. Una sala de la Cámara del Crimen consideró que no había suficientes pruebas contra ella. Dejó de vivir en San Isidro. El resto de los Puccio que siguen vivos dejaron de usar el apellido. La Justicia comprobó que Adriana y Guillermo, los hijos menores del clan no tuvieron ninguna particiapación en los secuestros.

Roberto Díaz fue condenado a reclusión perpetua como coautor de homicidio calificado en concurso ideal con secuestro extorsivo. Al borde de la fosa que excavó el albañil Herculiano Vilca, fue él quien disparó el tiro de gracia contra Eduardo Aulet, una de las víctimas del clan. En 2006 fue beneficiado con la prisión domiciliaria, tras 21 años en la cárcel.

Vilca, condenado como partícipe necesario, pasó siete años detenido en la cárcel de Caseros, y salió en libertad el 11 de noviembre de 1994. No pagó fianza: la Justicia le impuso sólo una caución juratoria. Gustavo Adolfo Contepomi, acusado de ser el entregador en el secuestro de Aulet, fue detenido el 7 de noviembre de 1985, compartió prisión con Vilca y...

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