Publicidad oficial y presión

Quien quiera adivinar las verdaderas intenciones del Gobierno en su afán por quedarse con Papel Prensa no tiene más que recordar que este mismo gobierno hace años que emplea la pauta publicitaria oficial como herramienta de presión sobre la prensa independiente.Por ejemplo, si se compara el período enero-octubre de 2011 con igual período del año pasado, se advierte que mientras que la publicidad oficial ha disminuido un 73% en LA NACION, un 61% en Clarín y un 80% en Perfil, en otros diarios, afines al Gobierno, ha aumentado entre un 125 y un 25 por ciento.En una publicación de la Asociación por los Derechos Civiles (ADC) de 2008 se advertía que el Gobierno "abusa sistemáticamente de sus facultades en materia de publicidad, lo que incluye la asignación excesiva de pauta a favor de medios afines y su retiro o denegación como represalia a coberturas críticas". Nada ha cambiado y esa forma de censura indirecta o sutil que afecta a la libertad de prensa sigue vigente.Aun cuando pueda admitirse que tal vez no exista el derecho a recibir publicidad oficial, el Estado, en cualquiera de sus manifestaciones, no puede asignarla caprichosamente y de manera discriminatoria, pues viola la libertad de expresión. Esto está reconocido explícitamente por la Declaración de Chapultepec, suscripta por nuestro país. Ocurre que, como lo han sostenido los tres relatores en materia de libertad de prensa de la ONU, la OEA y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), los gobiernos nunca deben abusar de su custodia de las finanzas públicas para influir en el contenido de la información de los medios de prensa, razón por la cual la distribución de los anuncios oficiales debe basarse en razones objetivas de mercado.Los fondos públicos no pueden ser usados abusivamente para...