Una provincia signada por la pobreza y el paternalismo

SAN MIGUEL DE TUCUMAN (De un enviado especial).- De un peronista con militancia a un famoso cantautor; luego, a un ex dictador acusado de los peores crímenes; otra vez, un peronista clásico y, últimamente, a un radical devenido kirchnerista, luego de pasar por el duhaldismo.El http://www.lanacion.com.ar/1401424-un-comicio-marcado-por-criticas-opositoras-al-sistema-electoral es, tal vez, uno de los misterios insondables de la política argentina en democracia. Un enigma que ya intentaba develar en 1871 el escritor francés Paul Groussac, quien en su historia del Tucumán se admiraba de los indios tucumanos que, en los siglos XIII y XIV, llegaban hasta el Cuzco "en demanda de civilización". Paternalismo, búsqueda de orden y dependencia en medio de la pobreza se entremezclan en la historia política tucumana, una influencia que, según dirigentes políticos y expertos, se extiende hasta hoy."A los tucumanos les gusta el látigo. Mi padre se tuvo que ir porque no fue suficientemente duro cuando fue gobernador", desafía José Luis Bussi, hijo del dictador que fue candidato a gobernador por el Partido Republicano. En las antípodas del pensamiento, la dirigente Sandra Manzone (Coalición Cívica) asegura: "Muchas veces, los tucumanos han optado por la claudicación moral: no tanto de los pobres, que necesitan soluciones para sobrevivir, sino de los empresarios y las clases altas, que acuerdan con el poder aunque éste sea autoritario o...

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