Prometen reactivar el soterramiento del Sarmiento

Bautizada La Argentina, la tuneladora gigante que costó al Estado nacional 40.000.000 de euros, no avanzó ni un centímetro desde que llegó al país. Debía comenzar a funcionar para la obra de soterramiento de la línea Sarmiento hace varios años, pero su enorme estructura metálica fue abandonada bajo tierra, a la sombra de una sucesión de anuncios incumplidos. En lugar de perforar tierra, la acumuló dentro de sus piezas.

Entre 2006 y 2014, el soterramiento del Sarmiento fue presentado en no menos de seis oportunidades como la obra que revolucionaría el sistema ferroviario. Hoy, la única realidad es que la enorme oruga necesitará al menos de cinco meses de reparaciones para poder estar operativa. Así lo informó ayer el ministro de Transporte de la Nación, Guillermo Dietrich. Será en septiembre cuando la máquina comenzará a excavar el túnel de 22 kilómetros que unirá Castelar y Caballito, y que estaría finalizado en cinco años.

Ésos son los tiempos que se propone cumplir el gobierno nacional: concluir en 2021 la totalidad de la obra, que incluye ocho estaciones distribuidas en seis partidos bonaerenses, además de la ciudad de Buenos Aires.

Dietrich habló en compañía del presidente Mauricio Macri y del primer ministro italiano, Matteo Renzi. La visita de este último sirvió de oportunidad al gobierno nacional para asumir el compromiso de saldar una deuda pendiente del kirchnerismo. Los mandatarios recorrieron ayer el obrador situado en Haedo, partido de Morón, donde descansa la olvidada tuneladora con la que habían posado para la foto varios ex funcionarios.

Renzi dijo presente a raíz de que una de las empresas adjudicatarias de la obra es de origen italiano. Se trata de la firma Ghella, que junto a la argentina Iecsa, la brasileña Odebrecht y las españolas Comsa-EMTE, formaron una unión transitoria de empresas (UTE) para desarrollar el proyecto, con una inversión inicial de 3000 millones de dólares, aunque los montos finales están siendo renegociados.

Las promesas incumplidas en torno al soterramiento provocaron primero la indignación de la gente. Luego, algunos sectores ironizaron con el tema en la redes sociales y llegaron a comparar la saga de anuncios con la historia del tren monorriel que protagonizó un capítulo de Los Simpson: un megaemprendimiento que, a poco de comenzar a andar, sufría un desperfecto y quedaba inoperante para siempre.

Mientras tanto, el servicio seguía siendo paupérrimo y la ex concesionaria del servicio no realizaba las...

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