Prokofiev y Wagner coronarán el año lírico del Colón

Tras la presencia de Verdi, dos obras de fuerte contextura se anticipan para el cierre de la temporada de ópera de este año en el Colón. La primera de ellas, anunciada para el mes de noviembre, propone el retorno de Sergio Prokofiev, ahora a través de El ángel de fuego, que el teatro había representado, dirigida por Bruno Bartoletti, en las temporadas 1966 y 1971, esta última con régie del inolvidable Ernst Poettgen y escenografía y vestuario de Roberto Oswald. Después de 43 años, bien puede hablarse de "estreno" para las generaciones más recientes de nuestra sala lírica.

Ésta, su cuarta obra para la escena (la preceden Magdalena, El jugador y El amor por tres naranjas), fue compuesta en su etapa europea, en Ettal (Baviera), entre 1919 y 1927, pero sólo conocida en forma escénica en La Fenice de Venecia en 1955. Tras una primera versión del segundo acto en ruso, en la Sala Pleyel de París, en 1928, y una segunda, ya completa en francés, pero también en forma de concierto, en el teatro de Champs Elysées en 1954, llegaba por fin aquella puesta escénica veneciana. Una década después, la conocería Buenos Aires. Se trata de una música convulsiva, apta para crear la atmósfera histérica que domina esta composición, en la que el autor aborda, a juicio de algunos de sus críticos, un erotismo presentado bajo aspectos perversos, demoníacos y fantásticos. También se ha visto en ella una creación "inmensamente rusa", no por sus temas, sino por la concepción del Mal y su representación, Satanás.

***

En diciembre (del 4 al 11) llegará el turno de Wagner, a través de Parsifal (1882), su última obra, que Buenos Aires conoció en...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR