Procesaron a la banda que utilizaba una mina en la Puna para acopiar drogas

Una banda de narcotraficantes había comprado dos empresas mineras en la Puna salteña para mandar marihuana a Chile. Ambos emprendimientos estaban localizados estratégicamente a menos de veinte kilómetros de la frontera con el país trasandino, en el salar Río Grande, a casi tres mil metros por encima del nivel del mar. En los últimos días, el juez federal de Salta, Julio Bavio, procesó con prisión preventiva a dos de los tres integrantes de la banda y les impuso embargos millonarios. Mientras que los otros tres miembros de la organización delictiva fueron procesados, pero seguirán el desarrollo del sumario, en libertad.En su resolución, el magistrado aceptó el pedido los fiscales federales Eduardo Toranzos, Eduardo Villalba y Diego Iglesias, para procesar a los cinco miembros de la banda a la que le habían secuestrado 152 kilogramos de marihuana, que estaban ocultos en dos ruedas de auxilio de un camión encontrado en la playa de estacionamiento situada en la rotonda Limache, en el cruce de Paraguay y Tavella, en la ciudad de Salta.Al investigar el origen y el destino de ese cargamento de marihuana, los funcionarios judiciales determinaron que el objetivo de la banda era llevar la droga hasta dos establecimientos mineros situados en salteña, cerca del límite con Catamarca y a pocos kilómetros de la frontera con Chile.Durante el análisis de las ramificaciones del caso, los investigadores determinaron que las instalaciones de las Mineras Río Grande y La Puna, estaban abandonadas y derruidas, con imposibilidad de que se concretara explotación alguna del mineral de sal.No obstante, uno de los procesados, que habría sido identificado como Raúl Filipovich, se había presentado en Registro Nacional de Precursores Químicos para comprar, por ejemplo, 150 kilogramos de permanganato de potasio, una sustancia que se utiliza en la fabricación de clorhidrato de cocaína.En la investigación, la Justicia secuestró el permanganato de potasio en la casa del imputado. Para justificar el hallazgo, el acusado manifestó en su defensa, que dicha sustancia sería utilizada en la explotación del mineral de sal. Sin embargo, los funcionarios judiciales comprobaron que la minera en la que Filipovich figuraba como accionista no desarrollaba ninguna actividad y carecía de empleados.Para la Justicia, ambas empresas mineras adquiridas por la banda constituían una fachada para simular que desarrollaba una actividad legal, cuando, en realidad, se usaban como lugar de acopio...

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