El problema de fondo de la Argentina

Martín Guzmán, junto a Kristalina Georgieva, titular del FMI

Soy consciente que los defensores del kirchnerismo podrían invocar la remera del "Ah, pero Cristina". Sin embargo, lo cierto es que no estaríamos discutiendo el nuevo acuerdo con el FMI si ella hubiera conservado el superávit fiscal con el que asumió en diciembre del 2007. Sin el déficit que creó, tampoco hubiera crecido la deuda pública desde los US$176.870 millones, que había a fines del 2007, a los US$240.665 millones heredados por Mauricio Macri.

Más grave aún: en diciembre del 2015 había un déficit fiscal consolidado de 8 puntos del PBI que requería financiamiento con colocación de deuda, mientras iba siendo reducido gradualmente, para evitar el ajuste que criticaba la oposición. Es fundamental que entendamos que sin déficit no hay deuda y que el problema de la deuda es el problema del déficit. Es por este tipo de cosas que estoy convencido de que en todas las escuelas tendría que haber Educación Financiera y que los funcionarios y legisladores deberíamos capacitarnos en cuestiones de Economía.

Pero también es importante tener en claro el proceso de endeudamiento producido durante el kirchnerismo, para dinamitar la construcción de un relato mentiroso que busca dejar a Cambiemos como el único responsable de la deuda, cuando fue Cristina Kirchner la que causó el déficit y entregó una deuda en crecimiento. Más aún, los datos oficiales de las Secretaría de Finanzas, resumidos en el párrafo anterior, no tienen en cuenta la mayor deuda previsional de la historia argentina que dejó el kirchnernismo en la forma de juicios y sentencias a favor de los jubilados, a los cuales se les ajustó ilegalmente las prestaciones entre 2003 y 2009. Esa enorme deuda previsional fue resuelta y pagada con la Ley de Reparación Histórica que el kirchnerismo no quiso acompañar.

En 2018, tanto el Fondo como el gobierno argentino diagnosticaron una crisis transitoria de liquidez y por eso acordaron un programa de US$57.000 millones para pagar los vencimientos de deuda con acreedores privados, al tiempo que instrumentaban un programa de shock para reducir el déficit primario prácticamente a cero para fines de 2019.

Lo que ocurrió entonces fue un cambio de acreedores: la Argentina redujo su deuda pública con acreedores privados (los títulos públicos cayeron de 235.185 millones en el primer trimestre del 2018 a 199.726 millones el mismo período del 2020), al tiempo que aumentaba su exposición con organismos...

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