Proa y las políticas de cooperación

Con la llegada de Mona Hatoum, Proa anota un mojón más en la estrategia de cooperación que le ha permitido traer a Buenos Aires muestras internacionales de alto nivel y enorme gravitación. Un primer hito, muchos años atrás, fue el fabuloso desembarco de la cabeza Olmeca, llegada de México en avión propio con el apoyo circunstancial de Carlos Slim e incondicional de Tenaris.

En tiempos más recientes, la sucesión de nombres como Duchamp, Giacometti, Louise Bourgeois, Ron Mueck y, ahora, la esperada exposición de Mona Hatoum, artista de origen palestino radicada en Londres que supo deslumbrar en la Bienal de Venecia, confirma que la estrategia de cooperación es la mejor consejera cuando la cartografía impone distancia y costos de magnitud. La exposición procede de la Pinacoteca de San Pablo, primera escala en la gira por América del Sur, lo que le permitió a Hatoum viajar hace unos meses a Buenos Aires para hacer el reconocimento del espacio, experiencia clave en la formulación y visibilidad de una instalación.

Adriana Rosenberg, desde la apertura de Proa a fines de los años noventa, promovió la política de cooperación como una llave para proyectos ambiciosos que implican también la capacitación de los cuerpos técnicos, el...

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