Principio de acuerdo en el conflicto de la firma Gestamp

La crisis de Gestamp, que paralizó durante los últimos días a la golpeada industria automotriz, refleja una situación difícil: despidos en un sector con dificultades, fuerte aumento de la conflictividad laboral, chicanas preelectorales sobre quién paga los costos políticos y un desborde de las bases sobre las cúpulas sindicales más leales al oficialismo. Finalmente, la novela de los nueve trabajadores despedidos atrincherados en una grúa puente de este proveedor clave de piezas metálicas estampadas llegó a una impasse ayer cuando el Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires dictó una conciliación obligatoria que fue notificada a ambas partes y que, en principio, destrabó el conflicto.La cartera que dirige Oscar Cuartango, que ayer se apersonó en la planta, negociaba desde hacía semanas. Incluso días atrás, su Departamento de Relaciones Laborales había firmado una medida de conciliación voluntaria que fue desconocida por la compañía, que había preferido acercarse al gobierno nacional y al sindicato de mecánicos (Smata), que avaló las desvinculaciones.La conciliación implica la reinstalación de los despedidos a comienzos de mayo en sus puestos de trabajo por 15 días hábiles -con posibilidad de extenderlos cinco más-, en los se buscará negociar una solución definitiva. Los trabajadores se comprometieron a no realizar ninguna medida durante ese compás temporal."Es un alivio. Vamos a...

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