La primera rebelión gremial contra Macri

Dicen que María Eugenia Vidal encontró por fin el símil de Aníbal Fernández que le estaba haciendo falta. Es Roberto Baradel, líder de los docentes bonaerenses, un cristinista de malas formas y peores compañías. Suele hacer travesuras políticas junto con Amado Boudou y Luis D'Elía. Baradel se propuso que las clases no empezaran en tiempo y forma en este año electoral. Y algo de eso (o mucho) logrará. Baradel bailó de algún modo la melodía que le propuso Vidal. La gobernadora subrayó su posición dialoguista mientras Baradel acentuó su perfil brutal e intransigente. Ella o él. La opción la beneficia a ella. Es lo que ella quería.

Sin embargo, el conflicto gremial es mucho más vasto que el que comprende a los docentes bonaerenses. Es, en primer lugar, un paro nacional de maestros aguijoneado por Baradel. Es una huelga contra el gobierno nacional que no tiene ninguna escuela en el país. "Es como hacerle un paro a las Naciones Unidas", dijo, socarrón, el director de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires, Alejandro Finocchiaro. La huelga docente convivirá en el tiempo también con la primera marcha gremial (y un paro parcial) que la CGT le hará a Mauricio Macri en casi 15 meses de gobierno. Ocurrirá pasado mañana. Se lo mire por el costado del peronismo cristinista de Baradel o por el del peronismo ecuménico de la CGT, lo cierto es que también los gremios decidieron estrenar el año electoral con un alboroto político.

Influyen al mismo tiempo las necesidades personales. Han abandonado el escenario los tres dirigentes que gobernaron el mundo sindical durante los últimos años: Huyo Moyano, Luis Barrionuevo y Antonio Caló. Ellos ya no están o están a través de sus representantes Juan Carlos Schmid, Carlos Acuña y Héctor Daer, el triunvirato que manda en la CGT. Éstos necesitan hacer visible un liderazgo nuevo y para eso están recurriendo al ruido y la furia, aunque en dosis moderadas. Se entremezclan a la vez los intereses diferentes de los sectores gremiales. Los Gordos están más preocupados por conservar el acuerdo con el Gobierno sobre las obras sociales, y ningún gobierno anterior abasteció tan bien de recursos a las obras sociales. Los independientes están convencidos de que los empresarios no cumplieron con el compromiso de no despedir trabajadores. Los que están a la izquierda de ellos confluyen con los independientes más que con los Gordos.

Es necesario descifrar los planteos concretos. ¿Están los trabajadores en peores...

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