El presidente que perdió apoyo pero irá por la reelección

WASHINGTON.- No una, sino un cúmulo de pequeñas señales lo confirman. Estará más canoso, más delgado e indudablemente las arrugas en su rostro de 50 años ganaron profundidad.Pero a diferencia de lo que sucedía semanas atrás, Barack Obama hoy sí se muestra como un hombre convencido de que, dentro de un año, cuando la nieve de enero vuelva a caer sobre Washington él estará iniciando su segunda presidencia en los Estados Unidos."Es algo sutil pero allí está. Más allá de que lo consiga o no, el Obama de estos días es un hombre que transmite seguridad y convicción en que puede lograr su objetivo", dijo a La Nacion el profesor Allan Lichtman. Egresado de Harvard y académico de Historia en la American University, Lichtman habló de los 35 meses de gestión de Obama, quien llegó a la Casa Blanca como encarnación de un feroz fenómeno político: el que lo consagró, primero, como profeta de la esperanza y lo castigó, después, como emblema de la decepción.En la hipótesis de que se pudiera identificar un momento preciso para la reaparición del brío del candidato sobre el desgaste del presidente que enfrentó la peor crisis económica en décadas, algunos señalan el 2 del actual. Fue entonces cuando el índice oficial de desempleo registró su primera baja significativa en dos años: del 9 al 8,4 por ciento.Así como la golondrina solitaria no hace el verano, un dato aislado no tiene, necesariamente, significado único. Los republicanos, por caso, lejos de ver una recuperación, optaron por subrayar el hecho de que la moderación del índice se alimentó no tanto en la creación de más puestos como en un retroceso en la cantidad de norteamericanos que salieron a buscarlos."Los demócratas no pueden jactarse de estos números. Lo penoso de estas cifras es comprobar que cientos de miles de personas ya no salen a buscar trabajo porque perdieron lo que Obama más prometía: esperanza", expresó Douglas Heye, ex vocero del Comité Nacional Republicano.Si hay un momento, también hay un lugar para ese lanzamiento: Obama fue días atrás hasta la recóndita ciudad de Osawatomie, en Kansas. No sólo porque ésa fue la cuna familiar de su madre blanca, sino también porque allí fue, en 1910, el discurso con que el entonces presidente Theodore Roosevelt habló de un Nuevo Nacionalismo e hizo una memorable defensa de la justicia distributiva.Amante del consenso, quiso Obama que fuera de inspiración republicana su defensa del progresismo, entendido como expresión de un capitalismo sometido a supervisión...

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