El presidente que muestra su mejor cara en las crisis

PARIS.- Hasta sus enemigos reconocen que François Hollande nunca es mejor que durante los momentos de crisis. El presidente francés volvió a demostrar su estatura de estadista en las horas de desasosiego que vivió el país tras la ola de atentados del 13 de noviembre en París. Ahora deberá consolidar esa ventaja en el tiempo, aunque nada garantiza que le alcance para asegurar su reelección en 2017.

"Por el momento, el presidente ha actuado en forma impecable." En la pluma de los columnistas del diario conservador Le Figaro, el reconocimiento constituye un gesto pocas veces visto en la política francesa.

Reunión de gabinete en plena noche para decretar el estado de emergencia, máximas medidas de seguridad, control de fronteras, refuerzo de las fuerzas armadas, dos consejos de Defensa en pocas horas, convocatoria del Congreso en Versalles, consulta a todos los líderes políticos, visita a los lugares de los ataques y a los heridos en los hospitales? La respuesta de François Hollande al horror y a la violencia fue rápida y firme.

Frente a los 129 muertos, a las imágenes de cuerpos ensangrentados en las veredas de París, a las explosiones y a un país que se sumerge en el "horror", según sus propias palabras, el jefe de Estado fue capaz de aparecer como el garante de la seguridad, la solidaridad nacional y el funcionamiento de las instituciones.

Totalmente conmocionado en su primer mensaje al país, mientras todavía continuaba el drama del Bataclan, Hollande se presentó, con sangre fría, hallando las palabras para expresar la emoción colectiva, como supo hacerlo en enero, después del ataque contra Charlie Hebdo.

"El presidente nunca es tan bueno como cuando expresa su empatía con los franceses. Instintivamente sabe que lo que debe hacer es mostrar que la república, el Estado y la fuerza pública están presentes", afirma el politólogo Jean-Daniel Lévy, del Instituto Harris Interactive.

Ésa es toda la paradoja de ese hombre, calificado de "malvavisco" por amigos y enemigos, debido a su aparente indecisión, pero que en la tormenta actúa, asume y decide.

Lo hizo en enero de 2013 con la operación Serval en Mali para detener el avance de las katibas (unidades) jihadistas. Lo habría repetido en septiembre del mismo año con Siria si Barack Obama no se hubiera arrepentido a último momento. Pero integró la coalición contra Estado Islámico (EI) en Irak y pocos meses después en Siria.

"Este hombre, que antes de 2012 jamás se había interesado ni de cerca ni de...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR