El Presidente evitó a tiempo una doble derrota

esquivó en el momento agónico lo que hubiera sido la primera gran crisis de la coalición gobernante. Sacó a los funcionarios y ex funcionarios de los beneficios del blanqueo, cuya inclusión había sido anunciada hace cinco días por el ministro de Hacienda y Finanzas, . En un extenso y, por momentos, enrevesado juego retórico, Prat-Gay señaló, para ponerlo con palabras sencillas, que el blanqueo de las fortunas de funcionarios y ex funcionarios los condicionaría a éstos a no robar en el futuro. No dijo nada, en cambio, sobre si deberían -o no- justificar cómo algunos de ellos se hicieron ricos, justo cuando la Justicia investiga a varios funcionarios de por enriquecimiento ilícito. En la noche del lunes pasado, Macri se enteró de que Pro se quedaría sin Cambiemos en el Congreso, y de que detrás de esa fisura se abroquelarían, otra vez, todas las versiones del peronismo.

En síntesis, la inclusión de funcionarios y ex funcionarios en el blanqueo de capitales no habría pasado por el Congreso. Una insistencia del Gobierno le habría significado, además, la ruptura con los seguidores de Elisa Carrió y los radicales. Habría significado una doble derrota. El rechazo parlamentario de ese artículo del proyecto y la escenificación de la primera discordia seria del Presidente con la alianza gobernante. Carrió llegó a comparar esa eventual crisis con la que sucedió en el gobierno de Fernando de la Rúa luego de las denuncias sobre el pago de sobornos en el Senado. "Jamás votaré ese artículo del proyecto, pase lo que pase", anticipó. Más discretos, los radicales le enviaron a Macri mensajes en el mismo sentido. Era mejor sacar a los funcionarios porque ellos no aceptarían su inclusión en el blanqueo. Macri terminó aceptando que las puertas se le habían cerrado y prefirió desmentir en los hechos a Prat-Gay. Funcionarios y ex funcionarios quedaron excluidos del blanqueo.

El argumento de Prat-Gay fue que el blanqueo debía ser lo más amplio posible ante la perspectiva cercana de que entrará en vigor, el año próximo, un acuerdo de intercambio de información financiera firmado por 111 países. Es cierto que la humanidad camina hacia un mundo sin secretos financieros, pero no es menos cierto que ésa no puede ser una excusa para convertir en lícito el dinero supuestamente ilícito. Ciertos filtros deben existir para blanquear el dinero, sobre todo el que no fue declarado ante la agencia impositiva, si no se quiere anteponer la necesidad financiera al compromiso...

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