La Presidenta y la política del ocultamiento

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner el acto por el aniversario de la recuperación de la democracia plagado de expresiones desafortunadas. Su ataque contra quienes denominó "los sicarios mediáticos y sus secuaces judiciales" constituyó una demostración más del desprecio que tiene la primera mandataria por la libertad de prensa y por los jueces que actúen con independencia del poder político.

Sin embargo, hubo una frase presidencial que no provocó menos sorpresa. Se produjo cuando la jefa del Estado indicó que no iba a dejarse extorsionar por nadie, ya que no tenía "nada que ocultar". Pidió también a sus seguidores y a los dirigentes de su grupo político que no se la postulara a nada, como para que nadie pensara que pudiera estar buscando fueros especiales para gozar de inmunidad cuando concluya su período presidencial, en diciembre de 2015.

No puede menos que llamar poderosamente la atención que Cristina Kirchner afirme que no tiene nada que ocultar, cuando pocas semanas atrás la Secretaría General de la Presidencia, a cargo por entonces de Oscar Parrilli -quien acaba de ser nombrado como titular de la Secretaría de Inteligencia-, le negó al sitio de Internet no partidario chequeado.com una copia del diploma de abogada de la presidenta de la Nación. Esta solicitud, formulada sobre la base de la figura de acceso a la información pública, surgió ante versiones según las cuales la titular del Poder Ejecutivo nunca se habría recibido de abogada.

Equivocadamente, la Secretaría General justificó la no entrega de la documentación pedida por considerarla "información referida a datos personales", cuando en un anterior pronunciamiento de la propia Corte Suprema de Justicia de la Nación señaló que sólo se puede exceptuar la entrega de información pública si ésta se refiere a "datos personales de carácter sensible", es decir, que revelen "origen racial y étnico, opiniones políticas, convicciones religiosas, filosóficas o morales, afiliación sindical e información referente a la salud o a la vida sexual". De ninguna manera un diploma universitario se encuadra en estos parámetros considerados sensibles.

La Presidenta dice que no tiene nada que ocultar. Sin embargo, dos años atrás, al contestar una pregunta de estudiantes de la prestigiosa Universidad de Georgetown acerca de su abultado crecimiento patrimonial, esgrimió que tal enriquecimiento obedecía a que siempre fue una "exitosa abogada". Sin duda, mintió y ocultó las verdaderas razones del...

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