Presidenciables en el Congreso: los más taquilleros eligen el bajo perfil

¿Cómo conservar visibilidad como candidato sin quedar diluido en las fricciones constantes de la Cámara de Diputados o en las discusiones complejas del Senado? De los ocho legisladores nacionales que reconocieron sus aspiraciones presidenciales, tres encontraron una respuesta idéntica: mantener el bajo perfil en el Congreso y apostar a las recorridas por el país, lejos de la agenda legislativa. Casualidad o no, son los tres legisladores-candidatos mejor posicionados en las encuestas de sus respectivos espacios: , del Frente Renovador; Hermes Binner y Julio Cobos, del FA-UNEN.Es que a la hora de juntar votos, el Congreso no paga. Al contrario, desgasta y genera una imagen alejada de la de "hombre de acción" que los candidatos aspiran para sí mismos. O, al menos, ésa es la mirada que guía los pasos de los más taquilleros de los presidenciables que habitan el Parlamento. La paradoja es que Massa, Binner y Cobos se ganaron un lugar en la carrera presidencial a partir de sus triunfos en las elecciones legislativas del año pasado.Ese modelo tiene su contracara. Lo encarnan la diputada Elisa Carrió, los senadores Fernando "Pino" Solanas y Ernesto Sanz, los tres de FA-UNEN, y el senador Aníbal Fernández, del Frente para la Victoria. Relegados en las encuestas, los cuatro optaron por destinar sus mayores esfuerzos a su tarea como legisladores. Suelen protagonizar los debates en las sesiones y en las comisiones.Un caso especial es el de Julián Domínguez. Además de ser uno de los siete precandidatos del , preside la Cámara de Diputados. El cargo le da notoriedad, pero le impide hacer lo que había logrado durante su paso por el Ministerio de Agricultura: mostrar gestión. Para sortear esa dificultad, organizó misiones oficiales a Estados Unidos y a Rusia. Acompañado de legisladores opositores buscó respaldos internacionales en el conflicto por los fondos buitre.Una dato adicional es que este año casi no se discutieron temas trascendentales, de esos que convierten a los legisladores en protagonistas del debate público.La tarea estuvo especialmente trabada en Diputados. De las seis sesiones del primer semestre, dos correspondieron a informes del jefe de Gabinete, tres fueron especiales y sólo una ordinaria. En las especiales sólo se incluyeron temas de la agenda oficialista: el acuerdo para indemnizar a Repsol, la reducción de tasa al biodiésel, el traspaso a la Nación de ex centros clandestinos, el régimen de promoción del trabajo registrado, la reparación a las...

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