Prepotentes, dialoguistas e hipócritas

Javier Milei, presidente de Argentina, durante la 54° conferencia en Davos

El mundo parecía esperar que un argentino le explicara cómo es el mundo, cuál es su historia y qué sucedió desde el origen del hombre. Felizmente, la espera no fue larga porque llegó Javier Milei para cumplir ese papel en la cumbre económica de Davos. Ya en años anteriores Cristina Kirchner había desempeñado ese rol en casi todos los foros internacionales, menos en el de Davos, al que no iba por una cuestión meramente ideológica. La sorpresa consistió en que el presidente argentino hizo una arenga también ideológica, que incluyó su aceptación de político libertario en lugar de liberal, más cercano por lo tanto al anarcocapitalismo que a cualquier otra cosa. Un liberal, por caso, no juega al tiro al blanco con el periodismo; el libertario tiene menos compromiso con la libertad de la prensa. De hecho, el Presidente maltrató verbalmente a tres periodistas mujeres en apenas 10 días: Silvia Mercado, Luisa Corradini y María O’Donnell, en ese orden. Corradini, enviada especial de LA NACION en Davos, consignó con su habitual exactitud que hubo "estupor y sorpresa" entre los que asistieron a la exposición del mandatario argentino en la ciudad suiza. Cómo no. En rigor, Milei salvó de su diatriba solo a los que creen en sus ideas, porque luego cargó por igual contra nazis, fascistas, socialistas, socialdemócratas, conservadores y contra los propios líderes políticos y económicos occidentales. Es extraño, pero Milei y Cristina Kirchner se dedicaron a darles lecciones a los principales dirigentes mundiales desde el fracaso argentino . Ahí, en ese fiasco nacional, residen la paradoja y el absurdo. Milei desmintió también la existencia del cambio climático, que existe según la certeza y las pruebas, y negó la necesidad de políticas de igualdad que beneficien a la mujer. Raro en un mundo decidido, como dijeron los organizadores de Davos, a dejar atrás las objetivas desigualdades que perjudican a las mujeres desde siempre. ¿Una síntesis de las posiciones económicas en pugna? Tal vez podamos encontrarla en una reflexión de Juan Carlos de Pablo , de cuya lealtad a la ortodoxia económica nadie puede dudar. De Pablo escribió que " Joseph Stiglitz ve fallas de los mercados por todos lados. Javier Milei no ve ninguna. El primero recomienda la masiva intervención estatal; el segundo, la abstención estatal absoluta. Desde el punto de vista práctico, ambos exageran ". Milei debería conversar...

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