Preparativos para un desenlace inconcluso

El presidente Alberto Fernández en la Cumbre Presidencial del Mercosur en Luque, Paraguay, el 21 de julio de 2022

La reunión de gabinete del último miércoles no fue como las anteriores, expositivas, enumerativas, según los propios ministros, aburridas. La nueva integrante del equipo se encargó de sacudir el ambiente cuando le tocó hablar al pintar un cuadro económico desesperante. Así Silvina Batakis se presentó ante sus pares, que quedaron profundamente desanimados, no solo por los ajustes de partidas que les auguró en sus áreas, sino por la falta de expectativas a futuro.

"Fue un panorama catastrófico, muy alarmista. Había mucha desmoralización" , dijo después uno de los ministros presentes. Fue un brusco baño de realidad para varios que se encontraban por primera vez con los efectos de la crisis en su propio territorio. Era el objetivo de Batakis, quien días antes había confesado en charlas reservadas que veía con preocupación la falta de percepción en el propio Gobierno de la gravedad del contexto económico internacional y de las deficiencias de la Argentina. Lo ilustró con el caso de un funcionario, al que no identificó, que hizo un viaje al exterior con una quincena de personas y pasó gastos por 60.000 dólares. La ministra replicó el mismo mensaje en las reuniones desgranadas con los gobernadores. "Fue un planteo crudo. Nos dijo que no tiene un peso, que en el primer semestre se emitió casi todo lo pautado para el año y que el déficit está en 4,5% en vez de 2,5% ", describió uno de los mandatarios que la vieron.

La titular de Hacienda buscó desplegar una serie de reuniones políticas y al mismo tiempo dosificó anuncios de bajo impacto real frente a un escenario financiero y monetario con todos los indicadores absolutamente desbocados. Se la vio demasiado sola y voluntarista ante una realidad desbordante. Recién al final de la semana aparecieron los encuentros con Miguel Pesce y con el presidente Alberto Fernández , con la idea de pulir medidas más contundentes para calmar a los mercados y a la calle. Una ráfaga de coordinación.

La ministra de Economía, Silvina Batakis, saliendo de Casa Rosada

Entre la Batakis asertiva de la reunión de gabinete y la imagen solitaria ante los mercados quedó marcada una tensión que hoy define una realidad inequívoca del Gobierno : la crisis desatada por la salida de Martín Guzmán fue pésimamente administrada y tres semanas después sus efectos se acumulan sin solución. Mientras en Economía hablan de llegar a septiembre para que baje la demanda de la energía y el turismo, en los pasillos del poder se preguntan si la ministra está destinada a cubrir un rol transicional hasta que se produzca una reformulación más amplia del gabinete. Por eso se decidió sostener su viaje a Washington, a pesar de que se suspendió la bilateral con Joe...

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