Premio Nobel para tres científicos que descifraron los mecanismos del reloj biológico

¿Por qué nos despertamos a la hora acostumbrada aunque el cuarto esté a oscuras, tenemos hambre más o menos en los mismos momentos del día y empezamos a sentir sueño al terminar la jornada?

La explicación de estos comportamientos involuntarios se intuyó hace siglos: los organismos vivos tenemos mecanismos endógenos que gobiernan nuestros procesos fisiológicos, y que nos ayudan a anticiparnos y adaptarnos al medio ambiente. Sin embargo, el funcionamiento de estos sistemas fue un misterio hasta que, en los años 80, los norteamericanos Jeffrey C. Hall y Michael Rosbash, entonces en la Universidad de Brandeis, y Michael W. Young, en la Universidad Rockefeller, lograron dilucidarlo y develaron el exquisito mecanismo molecular que impulsa el tictac de esos relojes celulares.

Por "descubrir los mecanismos moleculares que controlan el ritmo circadiano", ayer, la Academia Sueca anunció que este año los tres científicos compartirán el Nobel de Medicina o Fisiología, que asciende a US$ 940.000.

El trío que abrió la puerta a la cronobiología figuraba desde hacía mucho entre los candidatos con más chances. Trabajando en moscas de la fruta (Drosophila melanogaster), los científicos identificaron un puñado de genes y las proteínas que éstos sintetizan, y mostraron cómo mantienen una danza acompasada que determina no sólo nuestros niveles de actividad, sino también el ritmo de secreción de ciertas hormonas, la temperatura corporal, el funcionamiento de nuestros riñones, la frecuencia cardíaca.

"No hay aspecto de la fisiología que no esté directa o indirectamente influido por los relojes biológicos", dice Fernanda Ceriani, investigadora del Conicet en el Instituto Leloir y coautora de un paper con uno de los laureados, Michael Rosbash, que hace pocos días estuvo de visita en Buenos Aires para participar en el congreso anual de la Sociedad Argentina de Neurociencias.

Hoy se sabe que desajustes crónicos en estos relojes biológicos, como los que pueden darse en los trabajadores por turnos rotativos (como las enfermeras o los pilotos de avión), se asocian con enfermedades como la obesidad, la diabetes tipo 2 y hasta algunos tipos de cáncer. "También se asocian con trastorno afectivo estacional y depresión", explica el doctor Marcelo Cetkovich Bakmas, de Ineco.

"Los relojes biológicos modulan cuándo estamos más listos para aprender o para hacer actividad física, y hasta cuándo es conveniente administrar ciertos medicamentos", explica Ceriani, que a fines de los...

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