Del Potro se quedó sin combustible

Movimientos bruscos, envíos profundos, ángulos variados. Juan Martín del Potro toma nota del derroche de sudor de Rafael Nadal y lo convierte en un trapo humedecido, arrojado en el cemento ardiente californiano. El juego va 4-1 para el tandilense de la resurrección más asombrosa, el hombre de la muñeca derecha vuelta casi a la plenitud y una mente fresca, reforzada con el instinto aquel. El servicio del mallorquín es esencial: si lo pierde otra vez, esa suerte de soga de la que se toma para no caer en el vacío cederá de una buena vez. Pero por algo Rafa es un grande. Y por algo, Juan Martín está en camino. De pronto, el partido se transforma con su precisión extraviada, con su potencia adormecida, con su contragolpe feroz. Abre la mano bien grande: 5-0. Cinco puntos seguidos logra el mallorquín, el amigo de Juan Martín, que por esas alturas toma nota del presente, de su realidad: su ascenso es asombroso, su regreso es meteórico, pero esos peloteos largos, de casi un minuto, contra el rey del desgaste físico, le provocan mareos. Le cuesta respirar: se queda sin energía, sin combustible. Puede pasar, a los 22 años. Puede pasar, aun con un descanso mayor porque no actuó contra Tommy Robredo, lesionado. Puede pasar porque su ritmo de competencia aún pide pista. Partidos, victorias, derrotas. Más partidos, más roce, más acción. Si hace un año apenas jugó seis encuentros. Si en este año acaba de meterse en cuatro semifinales seguidas, un título y un ranking que, según la cuenta, alcanzaría el puesto 51 desde el lunes. Casi 40 puestos para arriba, en esta suerte de escalada triunfal.Porque no es una derrota este 6-4 y 6-4 en una hora y 51 minutos que le corta una serie de 10 triunfos seguidos. Una semifinal en un Masters 1000, la tradicional cita de Indian Wells, un torneo que reparte premios por 3.645.000 dólares. Es, en realidad, parte del aprendizaje. Es lógico perder con el mejor de todos. Es lógico quedarse sin aire. Es lógico ser dominado en buena parte del segundo juego, al margen del score. Es lógico, aunque duela hoy, inclinarse cuando se toma una gran ventaja, porque si un adversario de este rigor impone su impulso físico, puede caerse un invicto.Toni Nadal, el cerebro detrás del músculo, el creador del monstruo que destruye adversarios y adversidades, analiza el juego con la cabeza: "Sabía que Del Potro no aguantaría intercambios largos debido a su período de inactividad". Esos intercambios extensos, extenuantes, que derriten alguna...

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