Postales de la maratón folklórica

COSQUIN -A las noches de festival en Cosquín se las llama "lunas". Dejaron de ser nueve desde que el encuentro cumplió 50 años, pero seguirán siendo reconocidas con ese apodo. Porque el Festival Nacional del Folklore, que termina esta noche su 52» edición, tiene elementos muy arraigados a su esencia, a su historia. Las "lunas", el himno a Cosquín, los ballets, los artistas que serán distinguidos como Consagración y Revelación en cada edición, las peñas, una programación diaria muy extensa y alguna polémica, que nunca falta.Veamos ahora a las particularidades que tuvo esta última edición, con todo eso que es tradición en el escenario Atahualpa Yupanqui (y en su backstage ), en la plaza Próspero Molina, en las peñas y en las calles de esta ciudad que durante diez días, casi no duerme.Tensión y calma. La actuación de Carlos "La Mona" Jiménez fue, sin duda, lo más esperado de este año. Los organizadores vieron sobrevolar el fantasma de aquella fatídica actuación del cuartetero en 1988, cuando después de cantar dos temas debió abandonar el escenario por los disturbios dentro y fuera de la plaza. Por eso se aumentó notablemente el personal de seguridad en la ciudad y se quitaron a varios artísticas de la grilla de esa noche para que el cierre, con "La Mona", no fuera demasiado tarde. Funcionó. Jiménez se dio el gusto de terminar ese show que había quedado interrumpido hacía 24 años, el público lo disfrutó y Cosquín pasó otra prueba de tolerancia y apertura a otras música. ¿Se repetirá?La programación. Aunque cueste creer, la mayor cuota de sorpresa que tiene este festival es la lista de músicos de cada noche. Puede ser algo impredecible. Un ejemplo: en diciembre, cuando se anunció la programación del festival 2012 en la grilla del domingo 22 figuraban 18 números. Sin embargo, llegado el día, horas antes de que comenzara la actividad en el escenario mayor, había 28 en la lista (desde los que actuaron en la previa, antes del horario televisivo, hasta el cierre).La polémica. Este año se armó revuelo por la transmisión televisiva de Canal 7. Comenzó media hora después del inicio del festival, lo que obligó a sus editores a cortar algunas actuaciones para poder ponerse a la par de lo que ocurría en el escenario entre las 23 y la medianoche, y transmitir, realmente, en vivo. Esto trajo quejas. Incluso, el corte del concierto de Raly Barrionuevo se interpretó como una actitud política, frente a las denuncias sociales que suele hacer este músico. Pero la...

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