La pospandemia precipita escenarios de radicalización o convergencia

El coronavirus va a dejar huellas en la historia económica mundial. El "coma inducido" para aplanar la curva de contagios y reducir la tasa de mortalidad contrajo la oferta y la demanda globales. El FMI, que en enero de este año pronosticaba un 3% de crecimiento para la economía mundial, en abril revisó sus números y estimó una caída del 3%. En el último informe de junio prevé que el producto mundial se contraerá 4,9% este año, la peor caída desde la Gran Depresión, que comenzó en 1929. La contracción va a ser general, y el 95% de los países cerrarán el año empobrecidos, al sufrir caídas en el ingreso per cápita. Francia, Italia, España y el Reino Unido tendrán caídas de más de dos dígitos . EE.UU. caerá un 8%, y China apenas crecerá un 1%. En semejante contexto, la previsión para la Argentina es de una caída del 9,9%. Pero hay informes privados que ya proyectan para el país caídas del producto superiores a las del estallido de la convertibilidad, cuando la economía se contrajo 11,5%.

La pospandemia y el populismo

La singularidad argentina en un planeta golpeado por la pandemia no es la recesión, que, como vemos, es general, sino la inflación, que ya nos distinguía en la prepandemia. El cóctel recesivo-inflacionario al que se encamina la economía argentina tras la pandemia por un lado augura un preocupante crecimiento de los ya lacerantes niveles de pobreza, y por otro inhibe el uso recurrente de herramientas tradicionales de reactivación del consumo interno. Mientras la mayoría de las economías golpeadas por la recesión no tienen problemas de inflación, disponen de mercados de capitales domésticos y tienen acceso a los mercados de capitales del mundo, la Argentina tiene una moneda erosionada por la inflación que impone como medio de pago, carece de financiamiento doméstico y su acceso al financiamiento internacional está condicionado por la amenaza del noveno default de la deuda soberana (que la nueva propuesta a los acreedores procura evitar). En consecuencia, mientras las economías en recesión de países vecinos de la región y del mundo disponen de políticas monetarias, fiscales y de ingreso activas para afrontar los desafíos de la pospandemia, entre nosotros, por abusos, reincidencias y errores, estamos de nuevo con un game over destellando en la pantalla del tablero de comando.

El populismo se quedó sin plata para enfrentar los desafíos de la pospandemia

Se ha desplomado la recaudación, ha aumentado el gasto (se proyecta un déficit...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR