En Polonia halló diferencias y dificultades, pero también cosas argentinas impensadas: 'Hay hasta Playadito y Fernet'

Luciana dejó Argentina con 40 grados y arribó a Polonia con 2 bajo cero.

Luciana dejó Argentina con 40 grados y arribó a Polonia con 2 bajo cero. El frío impactó en su cuerpo con fuerza y, en un comienzo, la emoción desbordante transformó aquella sensación en un mero detalle. Ansiaba llegar al departamento facilitado por su empresa y descubrir su nuevo hogar. Quería recorrer las calles de su barrio, absorber su atmósfera, ver si había nieve en la zona, y localizar puntos importantes, como el supermercado o la farmacia: "Pero no hice nada de eso", sonríe Luciana. "En cambio, salí corriendo a Zara a comprarme un tapado, que pensé que me iba a alcanzar para combatir el frío. Error, tres días después tuve que comprarme un camperón que ya atravesó dos inviernos".

Por aquellos primeros días del 2022, la pandemia aún dejaba sus resabios en Cracovia, una urbe que se movía con sigilo. Enero, el mes introvertido del hemisferio norte, invitaba a esconderse más aún, por lo que la llegada de la mujer argentina parecía estar envuelta en un halo de soledad, quebrado por los numerosos trámites con barbijo, la búsqueda de la computadora asignada por su nueva oficina, las primeras compras en el supermercado y el desafío de animarse a manejar en una ciudad desconocida.

"Fueron días en los que me costaba dormirme por la diferencia horaria y la mezcla de emociones. También recuerdo que vivía con frío en los pies, por lo que me compraba distintos tipos de medias tratando de solucionarlo", revela.

Cracovia es conocida por su centro medieval bien conservado y su barrio judío. El centro histórico de Cracovia fue declarado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1978.

Tras tres semanas inmersa en la novedad y el torbellino emocional, llegó ese nuevo estadío un tanto inesperado: extrañar, no mucho, pero a fin de cuentas extrañar. Y entonces, mientras las trazas de la pandemia se resistían a despedirse, un demonio superior e irracional golpeó la puerta. Apenas un mes después de su llegada, la guerra entre Rusia y Ucrania sacudió al mundo y a su nueva realidad.

Adiós Frankfurt, bienvenida Cracovia: "¿Qué vas a hacer? ¿Y el idioma? ¿Y el clima?"

El sueño de volar llevaba años gestándose. Luciana, licenciada en Administración de Empresas, anhelaba tener la experiencia de vivir en exterior desde siempre, y para ello, contaba con la ciudadanía italiana y el pasaporte, dominaba el inglés y el italiano, pero le costaba tomar la decisión de irse a Europa sin trabajo. Entonces dejó que los años pasaran, tiempos en los que hizo carrera en una empresa multinacional que le permitió postularse a un traslado, para luego esperar a que la oportunidad surgiera.

La buena noticia llegó en marzo del 2020. La fecha de partida sería 14 de aquel mismo mes, y Frankfurt, su destino final para comenzar...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR