Políticas de Estado, en vez de un Estado para los políticos

Hace cuatro años, en vísperas de la última elección presidencial, dirigentes de varias fuerzas políticas firmaron un acuerdo programático de cinco puntos, con el fin de comprometerse a llevarlos a la práctica independientemente de quién resultare elegido en las urnas. Ese entendimiento fue suscripto con la mirada puesta en un diálogo interpartidario que fuera más allá de diferencias ideológicas, y vio la luz con el nombre de "Acuerdo de gobernabilidad y políticas públicas". Sus cláusulas eran las siguientes:

Firmaron aquel acuerdo de gobernabilidad Mauricio Macri, Eduardo Duhalde, Felipe Solá, Ricardo Alfonsín, Ernesto Sanz, Hermes Binner y Margarita Stolbizer, entre muchos otros dirigentes. El kirchnerismo, que finalmente ganó en los comicios del año siguiente, no lo suscribió a pesar de que había sido invitado a hacerlo.

Aunque realmente está a la vista, no es ocioso remarcar la brutal embestida que precisamente el actual gobierno encaró contra todos y cada uno de los puntos de aquel acuerdo.

Los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner -muy especialmente durante sus dos últimos períodos- han sembrado una enorme discordia y desconfianza entre los argentinos; se ha roto deliberadamente la división de poderes, poniendo al Ejecutivo por encima de los otros dos poderes del Estado; se ha hecho añicos la seguridad jurídica, y las políticas públicas jamás se consensuaron. Muy por el contrario, se utilizaron y se utilizan como herramienta para consolidar el clientelismo y el prebendarismo.

Lamentablemente, ha quedado claro en todos estos años que la única gobernabilidad que el kirchnerismo puede proveer es la que se basa en la tergiversación de los procedimientos, si es que a eso se le puede llamar gobernabilidad. Para el actual partido gobernante, la opinión de la oposición no existe, como tampoco tienen cabida quienes, dentro del kirchnerismo, muestren un ínfimo grado de independencia, de diálogo y razonabilidad. Ha sucedido en los últimos días con la visita del gobernador Daniel Scioli a un evento organizado por el diario Clarín. "O están de este lado o están del otro lado", resumió el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich. Una síntesis perfecta de pensamiento antidemocrático.

Ha abrevado poco el kirchnerismo en su propio pasado. Acordar con otras fuerzas no es perder identidad ni relegar autoridad, es buscar puntos programáticos en los cuales trabajar en forma conjunta para llegar al mejor resultado. En 1970, el radicalismo y el peronismo...

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