Políticas, intereses y paradigmas detrás de la discusión

La batalla que se desató en el Congreso el jueves pasado por la reforma previsional y que continuará hoy excede largamente el proyecto que impacta sobre las jubilaciones. Expresa, al menos, tres dimensiones de la discusión y varios debates no saldados de la Argentina del último medio siglo.

En el plano más evidente y superficial, hay una discusión política. En un segundo nivel, se manifiesta un conflicto de intereses. Y por último, aparece un choque de paradigmas, que es el más profundo, el menos visitado y el más decisivo.

La discusión política resulta la más obvia: oficialismo versus kirchnerismo, adherentes de la izquierda y del Frente Renovador. Para el primero, la aprobación de las tres reformas que propuso tras imponerse en las elecciones implica traducir en hechos el capital acumulado en las urnas para multiplicar la densidad de su liderazgo y la posibilidad de la prolongación de su dominio político. El fracaso, en cambio, pone en riesgo la sustentabilidad económica de su proyecto y, como suele ocurrir en la Argentina, hasta la gobernabilidad.

Para los segundos, frenar el paquete de leyes significa la gran (y quizá decisiva) oportunidad de frenar su deterioro en el escenario político. El apoyo que logró inicialmente el Gobierno para estas reformas y su aprobación sin mayores sobresaltos en el Senado auguraba un largo período de hibernación, con una influencia decreciente en la agenda pública y en la capacidad para imponer proyectos propios, tanto para el kirchnerismo como para sus ahora aliados de la izquierda radical y del Frente Renovador. La impopular y mal explicada reforma previsional les abrió una luz de esperanza luego de la última derrota electoral.

Conflicto de intereses

El conflicto de intereses expone el enfrentamiento no sólo entre quienes son afectados en forma directa por la reforma previsional (léase jubilados y el Tesoro Nacional), sino que suma a otros que directa o indirectamente obtienen algún beneficio con el statu quo o con la transformación más general, en un terreno que incluye las reformas fiscal y económica.

Entre los conservacionistas del "nada para modificar" sobresalen los sindicalistas, sus obras sociales y los estudios de abogados asociados, a los que la trilogía reformista les quita no sólo ingresos reales, sino también potenciales. Por eso, fueron los dirigentes gremiales kirchneristas los que irrumpieron con violencia en Diputados abrazados a la bandera de "con los jubilados no, Macri", que sirve para...

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