Poliamor en el arte: cómo convivir con la cámara y el pincel

Fotografía intervenida por Marcos López que integra su muestra actual en el Centro Cultural Borges

Se sentaba en la esquina de la mesa, y observaba esa imagen durante horas. Romina Ressia tenía unos seis años y no sabía que la reproducción de Las Meninas colgada en la casa de su tía abuela distaba mucho de la obra original pintada por Diego Velázquez , uno de los principales tesoros del Museo del Prado . Pero eso no importaba. La misteriosa escena de la infanta Margarita rodeada de servidores resultaba más cautivante que cualquier dibujo animado.

Las Meninas after Velazquez, de Romina Ressia, una de sus obras exhibidas en Del Infinito

Pasaron los años y los estudios en ciencias económicas. Hasta que la verdadera vocación pudo más, y la joven comenzó a formarse en fotografía, dirección artística y escenografía. Realizó muestras en otros países, y cosechó elogios el año pasado con los retratos exhibidos en BAphoto por la galería Del Infinito. La misma donde ahora sorprende con un regreso al origen: pinturas inspiradas en otras de grandes maestros del Barroco y el Renacimiento .

Romina Ressia con sus pinturas en Del Inifnito

No es la única que cambió la cámara por el pincel. Otros dos fotógrafos consagrados, Santiago Porter y Marcos López , demuestran en sus exposiciones actuales estar cada vez más abiertos a un "poliamor" que creció en pandemia . Y desde un taller de La Boca, Lobo Velar envía a Milán obras que serán exhibidas en la galería Ipercubo, en las cuales el acrílico predomina sobre las imágenes que rescata de su extenso archivo.

Pink Dishwashing Gloves, una de las fotografías de Ressia exhibidas el año pasado en BAphoto por Del Infinito

"Trato de no guiarme por lo que se espera que haga, de no ponerme límites -dice Ressia a LA NACION, al aclarar que seguirá trabajando con ambas disciplinas-. La fotografía aporta la posibilidad de la inmediatez y de lograr resultados que no dependen solo de mí. Pero estoy más controlada, atenta a la pulcritud. La pintura me da más libertad, es un acto más performático, no me importa el resultado sino el proceso . Trato de que sea una mancha que sugiera la pintura original, de intervenir la memoria para poder volver a transportarme a ese momento, como cuando reconocés un perfume".

Santiago Porter con las pinturas que acaba de presentar en Rolf Art

Esa sensación de libertad sedujo también a Porter en 2011, cuando la artista Josefina Carón le ofreció sus óleos tras preguntarle: "¿Querés pintar?"...

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