Prohibicionismo como polí­tica comercial

La decisión oficial de requerir a las empresas una Declaración Jurada Anticipada de Importaciones (DJAI), como paso previo al ingreso de bienes al país, muestra ya gravísimas consecuencias sobre la economía nacional.No se trata ya de la denominada sustitución de importaciones, erróneamente adoptada y santificada por la política comercial externa del actual gobierno. En este caso, sería más adecuada la denominación de prohibicionismo. Podrá importarse si se sigue adelante con el sistema solo lo que decida el funcionario de turno. Las primeras informaciones estiman que se presentaron 16.500 declaraciones de las cuales serían autorizadas 4700, es decir, una de cada tres, mientras que fueron rechazadas 2600, quedando pendientes de resolución las 9200 restantes.Ya se conoce el caso de YPF, que podrá dar lugar al desabastecimiento de gasoil con consecuencias para las próximas semanas, comenzando por el interior, en vísperas del comienzo de las cosechas. Entre muchos otros casos pueden mencionarse el de Honda, fabricante de motocicletas, los productos electrónicos y sus repuestos, la fabricación de alimentos necesitados de insumos importados que afectan su calidad y sus costos. No basta por cierto la pretensión oficial de requerir la fabricación nacional de tal o cual producto, dado que un solo insumo importado desarticula las líneas de producción, o en caso de existir producción local puede modificar su calidad o sus costos. El caso de la industria automotriz resulta emblemático, ya que la mayoría de sus partes son importadas, tal como lo demostró la empresa FIAT, que debió paralizar su línea de montaje. Otro sector afectado es el de los medicamentos, dada la cantidad de específicos importados o que de producirse localmente requieren drogas importadas.Gobernar imaginando que las empresas compran en el exterior lo que con ventaja podrían adquirir en el país es desconocer la estructura productiva y la raíz de los problemas. Por su parte, demorar las licencias de importación por la decisión o el capricho de un funcionario ignora el llamado Just in Time , ("justo a tiempo", en español), vale decir, el abastecimiento continuado y oportuno, que permite con grandes ventajas evitar la acumulación de...

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