Con una polémica norma, el Gobierno suma una nueva caja de un billón de pesos

Sergio Massa, el titular de la Afip, Carlos Castagneto, y el secretario de Agricultura, Juan José Bahillo

En medio de las necesidades electorales, el Gobierno encontró una nueva caja: la importación -una cobertura contra una esperada devaluación de muchos, pero a la vez un insumo imprescindible de la producción nacional- será la fuente de pesos frescos. Una nueva medida de la AFIP contra las empresas sumará casi medio mes de recaudación impositiva, o sea, cerca de un billón de pesos extra a los estimados, en momentos en que los ingresos se desaceleran por la crisis.

Para las grandes empresas -se excluye puntualmente a las pymes-, será un nuevo costo financiero. En un contexto de elevadísima inflación, en el sector ya lo definieron como "un nuevo impuesto encubierto", similar al del anticipo de Ganancias extraordinario resuelto el año pasado por el Ministerio de Economía que dirige Sergio Massa.

Ese costo, advirtieron algunos, se podría trasladar a los precios. La decisión de AFIP suma además una nueva piedra a la herencia que Alberto Fernández dejará al próximo gobierno que asuma en diciembre, que perdería recaudación.

La novedad se publicó hoy en el Boletín Oficial como Resolución General 5339 o bajo la denominación de "Suspensión momentánea del certificado de exclusión en IVA y Ganancias". Básicamente, implica que el régimen de percepción que permitía, a través de un certificado de exclusión, que grandes empresas importadoras quedaran exentas del pago del Impuesto al Valor Agregado (IVA) y del Impuesto a las Ganancias fuera suspendido hasta el 31 de diciembre.

Alberto Fernández

Traducción: cuando se importa se deben pagar derechos aduaneros, pero también percepciones impositivas (Ganancias, IVA y, a veces, Ingresos Brutos, impuestos por las provincias). Con determinadas condiciones, hasta hoy, las empresas podían pedir un certificado de exclusión de percepciones. Esto sucedía si, por ejemplo, tenían saldos a favor en la AFIP. La actual resolución suspende esos certificados hasta fin de año, por lo que las empresas deberán pagar a pesar de que la agencia les deba plata (ese dinero es financiamiento a tasas negativas para el Tesoro). Tales percepciones que se pagarán ahora, en tanto, son recursos con los que no contará la futura administración. Esta situación no sólo suma recaudación al fisco. A la vez, puede servir para restringir aún más las importaciones. A las empresas les restará financiamiento de capital.

"La suspensión es momentánea...

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