Una humillación para la política, pero una victoria para la justicia

PARÍSNicolas Sarkozy, ex presidente de Francia, fue puesto en . La noticia es terrible porque alimenta un clima general de desaliento y crisis que llevó a la extrema derecha del Frente Nacional a las nubes, de donde nadie puede predecir que descienda antes de las elecciones presidenciales de 2017.Al mismo tiempo, la UMP -partido líder de la derecha republicana- se encuentra en plena descomposición: sin presidente, investigada por la justicia por supuesta estafa en el y sumergida en una guerra de caciques que puede precipitar su división.La izquierda no está mejor. A la desilusión provocada por François Hollande, que ni siquiera llega al 20% de opiniones favorables, se agregan las divisiones internas de un partido que le pone al país el corazón en la boca cada vez que hay que votar una ley en el Parlamento.La mayoría socialista en la Asamblea Nacional depende de la rebeldía de unos y los humores de otros.En pleno verano, con 30 millones de personas dispuestas a salir de vacaciones y otros 25 millones que deberán pasar el estío en sus casas, Francia atraviesa una profunda crisis de depresión.El desempleo no disminuye, el crecimiento económico sigue haciéndose esperar, la gente cree cada vez menos en el futuro y ahora tiene un ex presidente a punto de ser inculpado. "La verdad es que los franceses no tienen ningún motivo para festejar", reconoce el politólogo Roland Cayrol.Pero tal vez no sea tan así. Los franceses podrían quizás celebrar la independencia de la justicia, el sereno y paciente trabajo de los jueces que, sin embargo, desde hace algunos años son objeto de acusaciones de parcialidad. Esta vez, esas denuncias tampoco faltaron:"El encarnizamiento de los jueces contra Nicolas Sarkozy es insoportable", afirmó el diputado UMP Sébastien Hygue. "El futuro dirá si la justicia está siendo utilizada con fines partidarios", dijo, por su parte, el diputado europeo conservador Philippe Juvin.En realidad, Sarkozy puede esperar escapar a una inculpación gracias a una eventual prescripción de la causa, como sucedió con Jacques Chirac.Pero, contrariamente a su predecesor, en ningún caso puede pretender indulgencia o circunstancias atenuantes de la justicia francesa. Porque, durante su mandato, el ex presidente no dejó de intervenir en el terreno del tercer poder.IntervenciónDurante los cinco años de ejercicio presidencial, Sarkozy nunca dejó de comentar las decisiones de los tribunales y de acusar a los jueces de laxismo y de negligencia en la ejecución de las...

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