El plan económico que todos tratan de adivinar

En su primer y lúcido análisis poselectoral, el politólogo Andrés Malamud escribió que un tercio de los argentinos son pobres y tres tercios son impacientes. Todos están ahora a la expectativa del programa económico de Alberto Fernández cuando se haga cargo de la Casa Rosada, dentro de 38 días, pero lo único que encuentran son adivinanzas o conjeturas. Salvo el flamante presidente electo y su entorno de mayor confianza, nadie sabe quiénes lo estarían preparando -si fuera así- y la formación del equipo que saldrá a la cancha está rodeada de presunciones, algunas más improbables que otras.Para aumentar la incógnita, son ajenos al área económica los cuatro delegados de perfil progresista designados para llevar adelante una transición civilizada con el gobierno saliente de Mauricio Macri. Y los economistas que vienen dialogando desde las PASO con el Ministerio de Hacienda y el Banco Central o con fondos de inversión extranjeros mantienen el mismo silencio de radio que antes. Los pocos que acceden a hablar off the record lo hacen a título personal y evitan definiciones que comprometan al futuro presidente.Hay quienes especulan que Alberto Fernández mantiene todavía la idea de convencer a Roberto Lavagna para ubicarlo como superministro de Economía, pese a su pública negativa. Y que, al regreso de su visita a México, daría a conocer la nómina de los jugadores, pero sin especificar sus puestos, a la espera de una incierta respuesta y solo para bajar la ansiedad. Necesitará figuras relevantes en la delantera: todos los actores económicos que pudieron se ocuparon desde hace meses de descontar su triunfo y reforzar conductas defensivas, con remarcaciones de precios, dolarización extrema y/o reclamos imposibles de atender.Ni el reforzado cepo cambiario del BCRA, que redujo al 2% las compras sin autorización de dólares para frenar el drenaje de reservas, ni el nuevo esquema de Leliq con la cautelosa baja de tasas para reducir el déficit cuasi fiscal merecieron del equipo albertista opiniones públicas a favor o en contra. Se deduce que están de acuerdo, porque los venían pidiendo desde hacía tres meses; pero ambas partes dejaron trascender que esas medidas no fueron consensuadas, sino solo informadas previamente. Aun así, calculan que el stock de reservas de libre disponibilidad se ubicará lejos del mínimo requerido por el gobierno entrante (US$10.000 millones) para encarar la negociación con el FMI y los acreedores privados.De hecho, el costo político...

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