Sin plan económico, el marketing político no alcanza

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El manual de marketing político recomienda multiplicar por 10 el impacto potencial de cualquier anuncio y dividir el impacto real de las malas noticias por la misma cifra. Sólo así se explica, por ejemplo, que la portada del diario oficialista Página 12 fuera ayer el meme de un sonriente Julio Iglesias con el 7,4% de inflación del mes pasado, pese a ser la más alta en 20 años y que a nivel interanual ubica a la Argentina disputando con Turquía el segundo escalón del podio mundial detrás de Venezuela.

Sergio Massa está aplicando ese manual al pie de la letra desde que asumió como virtual ministro de Emergencia Económica. Con diagnósticos más realistas eclipsó la diluida figura presidencial de Alberto Fernández y la vertiginosa sucesión de anuncios por comunicados oficiales y tuits hacen parecer que sus 10 días en el cargo fueran muchos más, aunque resulten una minucia frente a los 12 meses que faltan hasta las PASO.

Sin embargo, este activismo no ha logrado disimular sus tropiezos durante ese corto lapso y que tampoco pueden ser resueltos sólo con marketing político.

El principal problema de Massa es que sin un plan macroeconómico medianamente consistente, todas las medidas -ortodoxas y heterodoxas, parciales o sectoriales- anunciadas y/o adoptadas hasta ahora, carecen de un marco de referencia explícito y de proyección a futuro. No sólo eso: todavía no cuenta con quien pueda elaborarlo con una visión de equilibrio general de las variables macro, cuyo desbarajuste debido a presiones políticas fue causa y consecuencia de la renuncia de Martín Guzmán.

El veto de Cristina Kirchner a la designación de Gabriel Rubinstein como secretario de Política Económica, marca ahora otro precedente preocupante ante la necesidad del ministro político de tener una mano derecha con capacidad técnica. Rubinstein no fue rechazado por su trayectoria profesional, seriedad y conocimientos, sino por haber criticado en el pasado las políticas de CFK vía Twitter. Este criterio de militancia y adhesión política hace suponer que varias decenas de economistas quedarán descartados, sin contar a aquellos que no querrán asumir riesgos similares.

Con esta vara más baja, tal vez un perfil más apto sea el de Ariel Sujarchuk, con formación en periodismo y comunicación, cuyo currículum muestra que en menos de un año pasó de ser intendente de Escobar, pedir licencia para presidir el ente de control de la Hidrovía y ahora fue designado secretario de Economía del Conocimiento.

En...

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