Plan Cooperativas: un proyecto de oportunidades, cautivo del uso político

La calle se llama Valle Armonía, pero se parece más a un sendero barroso que serpentea junto al arroyo Morales, en el límite entre González Catán y Virrey del Pino. Aunque hace dos días que no llueve en este rincón de La Matanza, el barro lo cubre todo. En rigor, no todo: una angosta vereda de cemento es el único camino firme y seco que conecta las casas con el mundo exterior. Bajo el sol del mediodía, siete hombres transpiran para que la vereda le siga ganando centímetros al barro. Sin máquinas. Sin guantes. Sólo unos overoles descoloridos que indican que forman parte de la agrupación piquetera Barrios de Pie y que integran una cooperativa del Plan Argentina Trabaja (PAT).

En la cuadrilla de hombres manda una mujer. Como si hiciera falta, se llama Eva. Eva Aquino, de 47 años, cuatro hijos. Antes de entrar a la cooperativa limpiaba casas y vendía ropa en la calle. "Mirá que hago de todo, soy trabajadora y encaradora, pero no consigo en blanco. No tengo esa suerte", dice la mujer, que se presenta como "la responsable de la cuadrilla y la bloquera".

La "bloquera" no es otra cosa que diez moldes de metal en los que se vierte cemento y salen ladrillos que luego se venden en una feria. La recaudación ayuda a parar la olla en la cooperativa, que no recibe materiales ni ropa de trabajo del Ministerio de Desarrollo Social, pese a que el organismo a cargo de Alicia Kirchner destinará este año 5006 millones de pesos a las cooperativas del PAT. Según la ley de presupuesto, en 2015 serán 7227 millones de pesos. Pero a la cuadrilla de Eva no le llega ni el cemento para hacer la vereda: lo donan los vecinos. También aportan agua, baño y, cuando tienen, sombra.

Lanzado por Cristina Kirchner el 14 de agosto de 2009, el PAT no pudo escapar a las dos circunstancias que marcaron su origen: fue anunciado en un contexto de caída sostenida del empleo, pero también dos meses después de la derrota que Néstor Kirchner sufrió ante Francisco de Narváez en las elecciones legislativas bonaerenses.

Por el primer motivo, el PAT representó una oportunidad invalorable para que miles de desocupados accedieran a un trabajo. Un plan distinto, porque organizaba a los trabajadores bajo el formato de cooperativas de 60 miembros y les exigía una contraprestación que, además, debía realizarse en su propia comunidad, para beneficio y control de sus vecinos. Cuatro horas por día dedicadas a tareas de baja complejidad, pero mano de obra intensiva: desde el mantenimiento y la limpieza de plazas y escuelas hasta la pintura de cordones y, en algunos casos, tareas de...

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