El piso encerado

AutorJuan José Mosca
Páginas36-37
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EL PISO ENCERADO
Es una tarea no menor, del se-
cretario, supervisar el orden y lim-
pieza de las dependencias, de modo
que quien allí llega se lleve una
buena impresión del lugar al que
concurre. Recuerdo que a poco de
comenzar el desempeño de mi car-
go, advertí bastante descuido en la
limpieza de las oficinas, particular-
mente en los pisos, que parecían
haber sido limpiados un siglo antes.
Dejé pasar unos días, al par que
comentaba con el mayordomo de la
Cámara y personal encargado de la
tarea de limpieza que poco costaría
mantener todo ésto en mejores
condiciones. Pero al parecer, no oían
o no querían oír.
Fue así que un día llamé al
mayordomo y le dije:
-Quiero que mañana todos los
pisos estén encerados y brillantes
como un espejo.

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