De piezas dentales a orejas: la impresión 3D gana terreno en aplicaciones médicas

Entre pequeños robots de juguete, autopartes, jarrones, esculturas y prensas de carpintería, abundan piezas plásticas en tamaño real de vértebras, arterias, huesos, tumores y dentaduras en una muestra sobre impresión 3D en el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA). En una pantalla se ve cómo una máquina aplica con alta precisión un gel con células para fabricar una oreja. Poco a poco, la impresión 3D en el país gana terreno en las aplicaciones médicas.

Esta semana, 20 impresoras estuvieron produciendo unos 500 objetos sin costo a pedido de estudiantes, profesionales, empleados de empresas o instituciones y aficionados.

En la máquina más sofisticada de la exhibición, a modo de novedad en el país, los operadores cuentan que se puede imprimir en unas seis horas un corazón del tamaño de un adulto con resinas acrílicas que imitan el tejido del original. Equipos médicos lo usan antes de una cirugía para organizar mejor y ensayar el procedimiento, según explica Julián Roel, de la empresa AMS. También se pueden imprimir aplicadores de insulina, jeringas, respiradores o los retenedores de ortodoncia que se usan después de retirar los brackets.

A simple vista, como las prótesis para extremidades, parece que las piezas de odontología avanzan con más ventaja que otras. Una muela en un material plástico se imprime en ocho minutos, según cuenta Marcelo Pérez Giugovaz, que ya usó unas 40 piezas desde 2015. Mientras muestra muelas provisorias, dentaduras y guías para las cirugías impresas con filamentos plásticos o resina, afirma: "Permiten reproducir mucho mejor la estructura ósea de un paciente antes de citarlo para el trabajo definitivo".

Hace 15 años que coloca implantes y dice que con la impresión 3D mejoraron los tiempos quirúrgicos: el paciente le entrega la tomografía, él encarga la pieza que necesita y planifica la intervención con menos consultas durante el tratamiento. "Consigo una cirugía más predecible sin que sea más costoso para el paciente. Es una herramienta que mejora el trabajo, pero nada de esto reemplaza la experiencia profesional", agrega el profesional de City Bell, La Plata.

El viernes pasado le colocó a un paciente de 65 años los tornillos para cuatro implantes. Usó una guía impresa según la estructura ósea de Carlos Camacho. "Me sacaron otras muelas antes y con esta técnica me parece que es mucho más rápido. Demoró algo así como una hora y otras veces tardaron mucho más. Anduvo todo muy bien", cuenta el paciente a LA NACION.

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