Piden la detención del jefe de la policía porteña

"Los vecinos exigen y esperan mucho más de nosotros", había dicho José Potocar al ser presentado como jefe de la Policía de la Ciudad, el 29 de diciembre pasado. Casi cuatro meses después, debió entregar su arma reglamentaria, su credencial y su celular: fue suspendido. Ahora, su libertad está en manos del juez de instrucción porteño Ricardo Farías, que debe resolver el pedido de detención que hizo el fiscal José María Campagnoli, que investiga a Potocar en un caso de corrupción policial.

La presentación del representante del Ministerio Público fue el miércoles pasado. Además de la solicitud de detención de Potocar, de 58 años, Campagnoli pidió que se implante el secreto de sumario.

El abogado Christian Poletti, que ayer se sumó a la defensa de Potocar, dijo a LA NACIÓN que su defendido "está a derecho y a disposición de la Justicia". Anoche, en comunicación con el canal A24, Potocar dijo: "Me dicen corrupto sin conocerme. Soy una persona honorable, no un monstruo social".

Se espera que presente un pedido de eximición de prisión. Pero los antecedentes no lo ayudan: ayer, la Cámara del Crimen confirmó una resolución del juez Farías que había rechazado la excarcelación de la comisionada Susana Aveni, ex jefa de la Circunscripción VII (tenía bajo su ala la seccional 35») y detenida por este mismo caso.

Potocar es señalado como uno de los presuntos líderes de una eventual asociación ilícita que extorsionaba a comerciantes de Núñez y de Saavedra, en la jurisdicción de la 35», a cambio de una "seguridad privilegiada", según fuentes de la investigación. Cuando se inició la pesquisa, él era el jefe de la Dirección General de Comisarías (DGC).

Otro de los presuntos jefes de la señalada organización criminal, según la investigación judicial, sería el comisario Norberto Villarreal, que está prófugo desde noviembre pasado. Era el jefe de la comisaría 35» cuando comenzó la investigación de Campagnoli.

La hipótesis de Campagnoli y su equipo de colaboradores es que la recaudación ilegal era distribuida por Villarreal entre personal de la comisaría y organismos superiores inmediatos, como la Circunscripción VII (Aveni) y la DGC (Potocar).

Cuando Farías hizo lugar al pedido de Campagnoli de allanar la seccional de Cuba 3145, los detectives judiciales secuestraron de la oficina de Villarreal un cuaderno con anotaciones hechas a mano donde se podía leer, entre otras, la palabra "Gorda" y las siglas DGC, acompañadas de los números 12 y 4. Los investigadores...

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