Peteco Carabajal: 'La chacarera cambió sin perder el sabor de la tierra'

"Hace bastante tiempo estoy en la cosa del no hacer, como decía don Juan Matus. En la filosofía del no hacer, no tienes que hacer nada que no te salga del corazón." Con 58 años de vida y cuarenta andando los caminos de la chacarera, Peteco Carabajal siente que encontró su propio ritmo de la vida. Su obra es como un memorial de los patios santiagueños y es al folklore lo que Calamaro es al rock. Tiene más de cien hits folklóricos -"La estrella azul", "Perfume de carnaval", "Como pájaros en el aire", "De fiesta en fiesta"-, que se multiplican místicamente por la cantidad de versiones que tienen. "Mucha gente piensa que tengo más temas, pero lo que pasa es que se graba mucho lo mío. Para algunos, lo mío es oro, pero no ando fabricando cosas para ver si otros triunfan. Lo que me interesa es embellecer y levantar la espiritualidad del que me escucha, hacerlo sentir, pensar y conmover. De pronto uno elige un tema que se desarrolló miles de veces desde los griegos para acá, pero lo que hace es escribirlo con una mirada nueva", explica.Estamos en un bar de Constitución, un barrio que Peteco conoce de memoria tanto como el barrio de Los Lagos, de La Banda, donde nació un mayo patrio de 1956. A unas cuadras, en la casa de su prima Norma, de quien dice estar eternamente agradecido, compuso "Como pájaros en el aire", una de sus canciones más versionadas. "Esa noche había llegado bastante mal físicamente a lo de mi prima y agarré la guitarra. No sé si es que extrañaba a mi mamá o me empecé a acordar de mi vida en Santiago, pero el tema salió así, sin pensarlo, música y letra completos, como un impulso", recuerda Peteco, en un bar como otros bares en los que habrá hecho noches.En este mismo barrio andaba naufragando cuando su padre decidió volverse a Santiago del Estero con sus hermanos Demi y Roxana. Fue la misma época en que decidió dejar de trabajar de encuadernador en Villa Luro, porque se había quedado un par de veces dormido sobre la guillotina. Tenía 18 años y fue una decisión tan importante que ahora la celebra con un concierto en el Teatro Coliseo. "De pronto, me había empezado a gustar andar de noche y me daba pereza ir a trabajar después de varios días sin dormir -relata Peteco, con su parsimonia santiagueña-. Un día dejé de ir a laburar y fue una decisión importante. Ya había empezado a cantar con Roberto Carabajal, pero cuando dejé de trabajar, vivía al día. Ni en los peores momentos busqué otra changa y no he vuelto nunca más a alejarme de la música. Al...

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